Páginas de Opinión
Por Alejandro Gallardo
“Vamos rumbo al Mazatlán que soñamos”, dijo la alcaldesa Estrella Palacios al presentar su Plan Municipal de Desarrollo.
Y uno no sabe si reír… o agarrar la pala.
El evento fue solemne, como si fuera en serio, con un discurso que intentó ser emotivo, frases de campaña recicladas y promesas sembradas como florecitas de plástico: justicia, modernidad, futuro, seguridad, niñas felices, playas certificadas…
Pero la gran pregunta sigue siendo: ¿cómo?
Porque una cosa es decir “viviremos la mejor época de nuestra historia”…
y otra muy distinta es estar condenados a vivir en una ciudad con drenajes colapsados, baches eternos y patrullas que nunca llegan.
¿Modernidad? Seguimos tapando hoyos con chapopote.
¿Justicia? Denunciar un robo es como escribir una carta a Santa.
¿Futuro? El único que vemos claro es el de las fotos con filtro.
En datos duros, no hay una meta que nos diga que estaremos mejor.
Ya pasó medio año desde que tomó protesta y apenas presenta un “plan” sin metas claras, sin números, sin dirección. Un acto para cumplir la ley… no para mover a Mazatlán.
Y eso es lo grave: nos están vendiendo humo, como si cumplir lo mínimo fuera un logro histórico.
Porque gobernar no es dar discursos, es dar resultados.
Y lo que vemos hoy es un equipo que se mueve más en redes que en calles.
Pura forma. Cero fondo y eso lo saben los propios trabajadores sindicalizados del Ayuntamiento, quienes luego del desfile del Primero de Mayo, tronaron contra el gobierno de la 4T y sus ineficientes funcionarios.
De plano, señalaron que los mazatlecos se estrellaron con la luminosa alcaldesa.
Morena prometió gobernar para los que menos tienen.
Pero en Mazatlán parece que gobiernan para la lentejuela y el like.
No hay cómo ayudarles.
Por eso el pueblo ya no sueña con un futuro brillante. Sueña con que al menos no lo estorben.
Y como dicen en el rancho:
“Si no me vas a dar, con que no me quites… me conformo.”
NI modo, es lo que hay.