SUFRIR
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Lo que deseamos hacer en la vida, va cambiando. Es diferente en cada ser, se juega, se gana o, pierde.- No hay nada seguro, cada uno lleva su cometido, propio camino que cumplir y, puede reemplazarlo en el momento menos esperado, repitiendo un error. Cada uno tiene cosas que resolver, oportunidades, retos, realidades. Cada cual responde con sus actos a la vida, esencia intima, capacidad de resolución para la decisión tomada. La responsabilidad es la forma en responder a sus variables corrigiendo o enfrentar la finalidad primera de lo que cree es con plena conciencia en decidir si desea seguir por ese camino o está tentado a cambiar de rumbo. Juzgar y volver a decidir ante su conciencia viendo su vida como realmente es y no como le dicen los demás imponiendo su juicio.
Cuanto más se esfuerza el ser en alcanzar la meta de su perfección, más se aleja del sentido placentero de la vida, se le va escapando cobrando factura al menospreciar a otros seres humanos, conforme corre se va quedando solo. El que trate en cambiar a los demás; ellos se alejan, lo perciben diferente, los hace sufrir. Amar es la esencia primordial del ser humano, el amor potencializa, revela aspectos desconocidos, las convierte en realidad. En la vida se sufre cuando se enfrenta con lo inevitable es un destino el cual escapa en sus manos. Amar está situado por encima de todas las cosas- El sufrimiento tiene un sentido que hay que pagar, no es una enfermedad sino un dar sentido a la vida.
Es fácil para el que no ha sufrido la muerte de un ser querido hacerse una idea equivocada de la mezcla de sentimientos que genera, la reflexión sobre su propia vida. El sentido de la vida, uno mismo debe encontrarlo, solo así encontrara el camino que signifique satisfacción. Cada cual va formando un caparazón de defensa conforme enfrenta situaciones y aplica acciones y, en ese temple vemos humanos que mueren por su ideales, principios. Todos ocupamos ese algo por quien vivir, ese alguien a quien amar. Hay personas mueren por sus principios morales, por su fe o por ser fanáticos, otros se aferran en ocultar su miedos y mueren en ello. La máscara es el tope entre el autentico y su desaseo.
La vida significa la posibilidad de llegar a realizar mediante la voluntad la aspiración. El principio moral es algo que se aprende y sirve de defensa en la expresión deseada ante la exigencia en perderle. Todo es medido por tiempo mientras se va descubriendo he inventando a sí mismo hasta lograr lo legitimo en lo que considera apropiado para su existencia. Existe una fuerza que impulsa, otra que detiene y una que nos recuerda lo no alcanzado.
Nos vemos arrastrados por los principios morales, su voluntad es la encargada en controlar los instintos, interpretar las acciones y decide actuar para satisfacerse.- Lo hace para Dios, gloria, éxito económico, y le llamamos ser bueno en busca de tranquilizar la conciencia. Quien no logra controlar esta voluntad tiende a frustrarse cuestionando el sentido de su vida personal, la social, política. Su necedad lo conduce al fanatismo religioso confundiéndole con espiritualidad como parte de esta tensión y, falta de equilibrio.
Perder el amor a la vida pone a la persona en la condición mental intranquila de que la vida no vale nada y no hay porque estar vivo para estar soportando. En cambio, el que ama la vida están pensando en un futuro por realizar, superar conflictos, interés profundo en ser, vencer el colapso, buscar el logro y no cesar hasta conseguirlo. El negativo vive en el vació de su tensión que desencadena sin hacer nada porque que cambie. El ser humano necesita un equilibrio para luchar con sus demonios. Ocupa comprenderse en que bien merece vivir orientado a un sentido en su vida en lo que significa, incidencia, manifestación, influencia nociva a vencer, vida intima, sentimientos con sentido de entrega.
Ocupa en que la queja vaya disminuyendo, dejar en sentirse atrapado sin salida llenando el vacío existencial. Se pierde quien no atiende en llenar ese vacío en soledad y trasformar su conducta moral en instintiva. Todos sufrimos ante la pérdida de un ser querido, es tiempo que tarda en trascurrir, confunde la conducta incluso en ocasiones deja en saber qué hacer y espera que otra persona se lo indique. Se cae en conformismo ante la pérdida de significado de la vida por el vacío que deja la persona amada. Una gran mayoría no sabe a partir de aquí que hacer con su vida afligiéndose. Algo semejante se observa en los adultos mayores al ver su incapacidad motriz.- Unos se disfrazan de jóvenes otros buscan placer, todo por el vacío existencial.