POLÍTICA
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
La izquierda nació como critica a lo institucional o morir en el intento. La del PRD, se muestra confundida en su realidad, cree que es lo que ellos quisiera que fuera y no su realidad. Niega lo existente y la dirección de lo que estorba. La acción del PRD aliado con el PAN ¿La gota que derramo el vaso? Antes no ocurría, les hace falta el ideólogo, Agustín Basave
La gente, tenía muy claro quiénes eran y, plasmaban alterar el rumbo de la historia con su lucha en las calles, gritar consignas al gobierno. Era la revolución permanente, crear un mundo mejor, sin explotación, no se trataba de tomar el poder y ya, sino de destruir el poder de la burguesía desde el poder mismo, para lograr cambios, lucha de clase, salarios, abuso y discriminación laboral en estado de gestación, hogar para los ancianos, los desamparados, xenofobia, asesoría y defensa permanente de los necesitados, gestión ante autoridades, protección al migrante, respeto a los derechos humanos entre otras. Su visión inmedita era convertir a los estudiantes en revolucionarios, educación política, conciencia, transformación, liberación.
Arreglar al País y su destino, derribar los diques de contención del capitalismo que explotaba a las masas y se había adueñado de los medios de producción. La ideología se soportaba en reconquistar el destino histórico arrebatado a una clase social que estaba llamada a ser la elegida para gobernar la nueva quinta raza de Jose Vasconcelos dejando atrás la Sodoma y Gomorra del PRI. Eso los sostenía sin grietas.
Los jóvenes no se cuestionaban quién era el sujeto histórico que iba a cambiar México, unidos en protesta por las calles conseguirían cambiar el rumbo, al menos eso creían. La estrategia y circunstancia del momento eran los campos universitarios de la educación pública, su arma la huelga, su logro la calle. Era el estudiante ideologo, comprometido con su raza mancillada.
Fue ese tiempo en que se cuestionaba la fe en el futuro, no se dudaba de sus ideas, ni quién tenía que movilizarse y a quién había que enfrentar. Para la izquierda estaba claro, su misión era organizar al pueblo en la conciencia revolucionaria. Desde el primer mitin en las explanadas universitarias y salida a las calles, lo tenían muy claro. Los estudiantes consideraban que sólo era cuestión de movilizar aquel enorme universo de ideas capaz de conjugar el presente, no sólo interpretarlo, sino transformarlo. La revolución para cambiar a México estaba a la vuelta de la esquina y los intereses era el semáforo. Entonces no cabía el desencanto ni la disidencia, mucho menos la apostasía, pero la izquierda fue traicionada, aquellos los jóvenes, al día de hoy adultos observan su izquierda amagalmada con la derecha como apendice.
La ideología sucumbió a los intereses y el platillo del presupuesto, no por falta de proyecto, sino por falta de compromiso social con que reconquistar las conciencias. Ha sido consumida por el empuje social y económico neoconservador de los últimos años. El neoliberalismo (PRI/PAN/PRD). Su estrategia es entretener a la sociedad para que olvide sus necesidades con temas de género, corrupción, delincuencia, descalabrando en esta forma la ideología en cambio de fondo. Los líderes del PRD, PT, atienden intereses privados reformateando su actuación política, social o económica.
Han creado un nuevo discurso para enfrentar y engañar la realidad. Interpretan los acontecimientos y deducen lo que la maza desprotegida quiere escuchar para plantear soluciones en su discurso transfigurando en esta forma su ritmo y control social. La actual izquierda se encuentra en poder de los grupos ultra conservadores, los cuales se gastan fortunas en sondear este campo de la dominación, bloqueando cualquier intento en disidencia.
Si la historia tuviera sentido hacia adelante ya hubiéramos progresado en México sin embargo, acabaron con la juventud ideológica al apoderarse y controlar lo que apunte al descredito de sus antiguos fundadores. PRD, PT, no cuentan con caja de memoria, el pasado de su experiencia fue borrado por la avaricia, el vacio ideológico, la hipoteca del futuro y un devenir incierto. Ocurre como algo irremediable.
La naturaleza humana es caprichosa y lo que en un pasado era una distinción de agallas juveniles los nuevos la usufructan como rehén de sus propias negociaciones justificándose en los puestos, mediatizando desde el poder y siendo parte del mismo para controlar disidencias. El PRD y PT, están cerrados, atados y maniatados, en ellos todo está mediatizado por un nuevo poder. Un poder que entonces tenía rostro, nombre y apellido, pero que hoy se ha esfumado. No existe, invisible, implacable, factico dispuesto a disolverlo todo y crear situaciones irreconciliables para favorecer al PAN o al PRI.
No es fácil, ni se cuenta con una estrategia entendible, mucho menos representa un acto histórico de cambio al transformarse en cuidadores de los intereses de la derecha ante ello, su base social que anteriormente era segura no está satisfecha. No es de extrañar que tengan dificultades y que refuercen su discurso ante la falta de acciones claras. La izquierda liberadora anda por el camino de Morena, mientras que las otras dos siglas son la misma derecha refinada que antes combatían.