Ciertas actividades homosexuales en Uganda pueden ser castigadas hasta con cadena perpetua y pena de muerte.
El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, promulgó este lunes la nueva y polémica ley contra la homosexualidad en el país, una de las más duras del mundo contra el colectivo LGBTQ, aunque el parlamento suavizó el texto inicial en los últimos dos meses.
Los actos homosexuales ya eran ilegales en Uganda, pero ahora cualquier condenado puede enfrentarse a cadena perpetua.
La legislación también contempla la pena de muerte para los llamados “casos agravados“, como tener relaciones homosexuales con alguien menor de 18 años o infectar a una pareja sexual con una enfermedad crónica como el sida.
En una declaración conjunta, tres de las principales instituciones de promoción de la salud en el mundo -el Plan de Emergencia del Presidente de Estados Unidos para el Alivio del Sida (Pepfar), Onusida y el Fondo Mundial- expresaron su preocupación por el “dañino impacto” de la normativa.
“El progreso de Uganda en su respuesta al VIH está ahora en grave peligro”, denuncia el comunicado.
La nueva ley, consideran las tres instituciones, disuade a las personas del colectivo LGBT de buscar atención sanitaria vital por temor a ataques y castigos.
“El estigma y la discriminación asociados a la aprobación de la ley ya han provocado una reducción del acceso a los servicios de prevención y tratamiento”, agregan.
Condenas y apoyos a la ley
También expresaron su condena varias organizaciones civiles dentro de Uganda, que planean iniciar acciones judiciales para anular la legislación bajo el argumento de que es discriminatoria y viola los derechos de las personas LGBT.
El Tribunal Constitucional de Uganda anuló una ley similar en 2014.
La activista por los derechos humanos ugandesa Clare Byarugaba declaró que es “un día muy oscuro y triste” para la comunidad LGBT y para todos los ugandeses, informó la agencia de noticias Reuters.
“El presidente de Uganda ha legalizado hoy la homofobia y la transfobia patrocinadas por el Estado”, sentenció.
La portavoz parlamentaria Anita Among, por su parte, acogió con satisfacción la decisión de Museveni de promulgar la ley y alegó que esta “protegerá la santidad de la familia”.