Es uno de los más activos del mundo. Cincuenta hectáreas cubiertas de lava ha dejado hasta ahora su más reciente erupción, mientras la ciencia crece a su lado
Es densa y lenta. La lava fluye formando canales y caprichosas formas que se solidifican, pero en ocasiones revientan, brindando nuevos e inesperados caminos al material ardiente. Es un espectáculo tan hipnotizante como peligroso. El volcán Kilauea emergió del mar hace cien mil años, pero ha evolucionado junto con el desarrollo de la vulcanología, la rama de la geología que estudia los procesos involucrados en el flujo de magma y las erupciones a través de un agujero en la superficie de la tierra. La primera erupción documentada se produjo en 1823, pero El Observatorio de Volcanes de Hawai (HVO) fue fundado hasta 1912. Desde hace un siglo, este lugar se ha convertido en el epicentro científico de interesantes descubrimientos sobre su evolución.
Radiografía volcánica
En la actualidad, los volcanes son monitoreados con dispositivos sísmicos que rastrean los cambios mínimos en los movimientos que normalmente se asocian con las erupciones futuras. Los especialistas también buscan alteraciones químicas en la exhalación de los gases y siguen el curso de la lava con dispositivos térmicos que les ayudan a crear mapas de pronóstico sobre la dirección de su flujo.
La doctora Marie Noelle Guilbaud del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica de la UNAM señala que el volcán Kilauea es un volcán tipo escudo, muy ancho y con poca altura. La investigadora señala que este tipo de volcanes se caracteriza por las continuas coladas de lava que produce. “En cuanto a su origen se debe a la acción de un punto caliente. El magma sube desde gran profundidad del centro de la Tierra”.
Los llamados puntos calientes son áreas de alta actividad volcánica, en relación a sus entornos. A diferencia de otras áreas de vulcanismo, como las zonas de subducción, éstas no están necesariamente asociadas a las partes limítrofes de las placas tectónicas. En las placas oceánicas se pueden formar archipiélagos volcánicos, como es el caso de las islas de Hawai. En la llamada Isla Grande existen cinco volcanes: Kohala, el más antiguo pero extinto; Mauna Kea, inactivo; Hualalai, también inactivo; Mauna Loa, activo; y Ki?lauea: muy activo.
En su última etapa de actividad volcánica, Kilauea ha tenido erupciones continuas desde 1983. Su fase más reciente comenzó en abril de este año. Ha lanzado lava por alrededor de veinte fisuras a lo largo de la zona de ruptura que tiene al este. Algunos pequeños terremotos continúan sacudiendo toda el área, indicador del movimiento continuo del magma a través del área de la brecha. La lava llegó incluso al mar y la reacción con el agua salada comenzó a producir una nube tóxica de ácido clorhídrico.
El magma del kilauea es relativamente bajo en sílice, el elemento que vuelve más explosivos a los volcanes; tiene menos concentraciones de gas, por lo que se acumula menos presión dentro de él, sin embargo la salida de lava continuará, aún sin determinar su duración.