La inhabilitación de Estrella Palacios que muchos en Morena esperan… y que podría llegar antes del 2027
Por El Vigilante Marismeño
En política, hay momentos en que el poder no se pierde: se pudre.
Ese parece ser el punto exacto en el que se encuentra Estrella Palacios Domínguez, alcaldesa de Mazatlán, cuya administración navega en aguas turbias tras la investigación federal por falsedad de declaraciones judiciales derivada del caso del desvío del arroyo Jabalíes para provocar dolosamente una afectación millonaria a particulares y aunado a esto poner en riesgo a los vecinos de las Colonias Francisco Labastida Ochoa y Los Laureles.
El expediente, ya radicado en la Fiscalía General de la República, no solo representa un problema legal, sino un detonador político.
Ayer, domingo 12 de octubre, tras el informe de los diputados federales de Morena, se llevó a cabo una comida en el restaurante Los Arcos que reunió a figuras del morenismo local y estatal.
Ahí, entre camarones y murmullos, se habló sin tapujos de la “utilidad política” de que la carpeta contra Estrella avance rápido y sin freno, con un objetivo puntual: inhabilitarla antes de junio del próximo año, de modo que quede completamente fuera del proceso electoral que arrancará en septiembre de 2026.
Porque, guste o no, el expediente Jabalíes ya se convirtió en la herramienta perfecta para reconfigurar la sucesión mazatleca.
Y lo que antes parecía un tema técnico o ecológico hoy es un arma que muchos dentro de Morena apuntan hacia la propia alcaldesa.
Los enemigos se le están juntando.
Tiene frentes abiertos con los diputados locales, que hace tiempo le retiraron apoyo, y ahora también con los diputados federales, algunos de los cuales —alineados con el grupo claudista— desean verla políticamente acabada.
Ni hablar de su relación con los dos nombres que más la incomodan: el diputado Carlos Escobar y el secretario estatal Ricardo “Pity” Velarde, ambos identificados con el gobernador Rubén Rocha Moya y considerados cartas fuertes del rochismo para la alcaldía de Mazatlán en 2027.
Las tensiones entre ellos no son nuevas ni discretas.
A Escobar, Estrella jamás lo invita a actos del Ayuntamiento.
Y cuando por protocolo institucional Pity Velarde debe aparecer junto a la alcaldesa, ella lo recorta de las notas oficiales, da órdenes de no mencionarlo en comunicados y se asegura de que ninguna fotografía circule donde ambos aparezcan juntos.
La hostilidad es abierta, el mensaje claro: no hay reconciliación posible.
Pero mientras Estrella intenta mantener la fachada de estabilidad, los tiempos políticos la están cercando.
En el círculo cercano de Morena se repite que la inhabilitación judicial antes de junio de 2026 no solo es posible, sino deseada por varios actores de peso que buscan limpiar el camino antes de que inicie la contienda.
Incluso dentro del propio aparato estatal ya hay quienes prefieren acelerar su caída antes que cargar con su desgaste.
El arroyo Jabalíes, que alguna vez fue un cauce natural, hoy es una corriente de poder que arrastra reputaciones y carreras.
Y si Estrella Palacios no entiende la magnitud del peligro, podría descubrir demasiado tarde que lo que se le desvió no fue un río… sino su destino político.
