Por Alejandro Gallardo
Durante los días de Semana Santa, los centros vacacionales de Sinaloa, registraron una buena afluencia de visitantes. No son ni por asomo los 2.3 millones de personas que dice la autoridad que se movieron, ni la derrama económica cantada, pero sí se puede hablar de un periodo de reactivación, que continuará, aunque en menor medida hasta el próximo domingo.
Sin embargo, llama la atención esa fijación de nuestras autoridades por vender cifras difícilmente comprobables, tanto en número de visitantes cómo en derrama económica.
Por ejemplo, las autoridades estatales y locales aseguraron que Mazatlán llegó a una ocupación hotelera del 90 por ciento con derrama económica por 1, 300 millones de pesos.
Sin embargo, Francis Cázarez, presidenta de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Mazatlán presentó un informe que revela que la ocupación promedio de la Semana Santa fue del 75 por ciento, entre lunes y domingo, con una derrama económica de apenas 750 millones de pesos, muy por debajo de lo estimado y de las cifras del año pasado.
Por otro lado, llama particularmente la atención, la fijación y por “decretar” saldo blanco en materia de seguridad, cuando hubo 40 decesos durante los días de Semana Mayor, 18 de ellos fueron homicidios dolosos y el resto, víctimas por accidentes.
Lo anterior, sin contar las personas reportadas como privadas de su libertad en Mazatlán y Culiacán particularmente.
Qué le cuesta a nuestras autoridades, comenzando por el gobernador Rubén Rocha y la alcaldesa de Mazatlán, Estrella Palacios, hacer un ejercicio de honestidad, de respeto a la inteligencia de los ciudadanos y de empatía con las familias de las víctimas, reconociendo que hubo hechos que lamentar.
Podrían decirnos que se hizo un gran despliegue de elementos de seguridad en toda nuestra geografía, que no hubo personas ahogadas en las playas y que se respondió en su máxima capacidad ante la gran cantidad de personas transitando por carreteras, centros turísticos, playas y lugares ceremoniales. Que el operativo no fue perfecto, pero sí positivo, dadas las circunstancias de violencia que han envuelto a Sinaloa por más de 7 meses.
Pero qué podemos esperar, cuando para autoridades como la Secretaria de Bienestar estatal María Inés Pérez Corral, no existe en estos momentos el fenómeno de desplazamiento forzado por la violencia, de familias de la sierra de Choix, El Fuerte, Concordia Y Rosario, por poner un ejemplo, donde hay información que da cuenta de esa problemática.
Si no se reconoce esa situación, menos lo harán con la migración de familias de zonas urbanas como Culiacán, hacia otros estados en busca de la paz perdida producto de la guerra entre dos facciones del narco.
Emulando el estilo de Andrés Manuel López Obrados que pasó su sexenio negando la realidad, para los que siguen en el poder, las cifras del INEGI sobre percepción de inseguridad, son resultados de mediciones neoliberales.
Ellos no pueden creer que el 90 por ciento de los habitantes de Culiacán, se sientan inseguros, así como el 75 por ciento de los mazatlecos.
Y como no sentirse así, si nuestro estado es el cuarto más violento de México, donde se concentran el 6.9 por ciento de los homicidios dolosos.
PÁGINAS EN BREVE
Cuestionada sobre los casos de nepotismo en su administración, particularmente por la contratación de familiares de regidores, la alcaldesa Estrella Palacios, agarró monte en su respuesta, aduciendo el cumplimiento del perfil para el que fue fichado, cada nuevo empleado.
Reconoció sin decirlo, que sí hay nepotismo, que ella palomeó cada contratación, pero procurando que cumplieran el perfil. De ese pelo las cosas en esta administración.
Hasta aquí nuestra entrega de hoy.
