De peatones y conductores: sálvese quien pueda
¿Les ha pasado que cuando van en su carro manejando, entre el tráfico, esperando de semáforo en semáforo, entran en trance, como en un lapsus de concentración profunda que les permite reflexionar sobre la vida?. Pues a mí sí. Medito y observo a las personas que venden chicles, parabrisas, tapetes, hacen malabares, y sobre todo veo a los peatones, ciclistas y motociclistas que no hacen caso de las reglas de tránsito. A los ciclistas es a quien le presto principal atención por algo que me ocurrió hace tiempo. Les cuento.
Yo como peatón.
Resulta que un día, al cruzar una transitada avenida del puerto, no me percaté de que un ciclista circulaba en sentido contrario. Cuando logré verlo de reojo ya lo tenía a unos centímetros y no pude escapar al impacto. La cara del ciclista chocó contra la mía, y además con la velocidad a la que venía logró aventarme; lo que traía en las manos salió volando y yo quedé tirada, despatarrada y sin estilo en medio de la calle caliente. El ciclista también sufrió unos golpes, ya que tengo dura la cabeza; por suerte no pasó a más. Minutos después, turulata y todo, recuperé la vertical, pero no aguantaba el dolor de cara y codo, que fueron las que soportaron el impacto. Estaba muy molesta y saqué mis mejores insultos de Doctora en Ciencias, pero el ciclista me desarmó, se mostró muy apenado por el accidente, se disculpó, limamos asperezas y cambió de carril, para circular de la manera correcta. Al pasar los días mis heridas sanaron y heme aquí, vivita y coleando.
Yo como conductor.
A los días que me atropelló el ciclista, me dirigía en mi auto hacia mi trabajo y me detuve en un súper. Hice las compras que necesitaba y al salir del estacionamiento, quedé a un pelo de atropellar a un ciclista, ¿adivinen por qué? ¡Porque también circulaba en sentido contrario! Frené rápidamente y por suerte no pasó del susto. El hombre ni cuenta se dio, siguió feliz circulando en contra, pero después de eso me quedé reflexionado de todo lo que puede pasar en un segundo, de cómo te puede, mejor dicho, nos pudo haber cambiado la vida por dos imprudencias, la de él por circular en sentido contrario y la mía por no voltear a ver a ambos sentidos y enfocarme solamente en el sentido de la avenida. Desde entonces soy más precavida y veo para todos lados.
Después de esas experiencias me eché un clavado en el reglamento general de la Ley de tránsito y transportes del estado de Sinaloa, para ver si decía algo sobre los ciclistas y de circular en sentido contrario, y sí lo hay. Textualmente el artículo 130 dice: las bicicletas que circulen por las vías públicas, deberán hacerlo por su extrema derecha y respetando los sentidos del tránsito y acatarán las normas y dispositivos para el control del tránsito aplicable al resto de vehículos. Además para los ciclistas es necesario, para su circulación nocturna hacer uso de un faro delantero con luz fija y un reflejante rojo en la parte posterior y no circular por las banquetas.
Circular en sentido contrario y sin la menor precaución puede ser una de las formas de provocar accidentes de tránsito de consecuencias fatales, sin embargo, no es la única forma, también manejar a exceso de velocidad, hacer cambios bruscos de carril, frenados bruscos, no guardar la distancia necesaria, manejar con un estilo agresivo, entre otras. Según datos proporcionados por la INEGI (2016), en su estadística a propósito del día mundial sin auto (22 de septiembre), para el 2014 se registraron 16, 581 lesionados por accidentes de tránsito terrestre, de los cuales 713 resultaron ser peatones y 365 ciclistas.
En definitiva todos debemos cumplir con las normas de circulación, ya sea que estemos en papel de peatones, ciclistas o conductores, pues al compartir el mismo espacio se debe de tener una actitud de convivencia y tolerancia. Recuerda jamás manejar cuando hayas ingerido alcohol, hacer chequeo a los vehículos para cerciorar que todo esté bien y como peatones caminar por los lugares adecuados y hacer uso de los puentes.
Reconozcamos que el uso de cualquier vehículo implica mucha responsabilidad, y antes de usarlo reflexiona, que por no seguir las reglas de tránsito podrías provocar un accidente fatal.