CENIZAS
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Las palabras se quedaron en su boca, el sentimiento no afloro y la hoguera se fue apagando. Ese silencio y olvido alejo por falta de un pequeño balbuceo lo que los labios no emitieron. La sed en amor jamás se apago, fue el comienzo de lo que nació sin coraje. La nostalgia revive la separación, el aprecio que existía y deseaba. Hoy hace que pregunte con miedo sobre aquel amor que dejo ir sin despedir, aquellas lágrimas guardadas, los ojos brillantes terminaron melancólicos ante la ausencia no deseada.
La vida se fue haciendo aburrida, sin consuelo y, alegría por aquella indecisión. Ya no está como lo dejo, ni recuerda lo que significo en su vida. Dejo en soñar estar a su lado, así que ya no pregunte por él. No sucedió en su tiempo, no está cerca, fue como un pájaro que cantaba en la mañana con el anhelo en verle sonreír, pero lo despedio, hizo que volara lejos cuando su corazón moría de amor.
La despedida sangro su alma pero no murió de amor, vivió por muchos años recordando lo que amaba, deseaba, lo que le hubiera gustado vivir pero la suerte, el destino, la excusa tonta se encargaron en borrar su huella. Así se presenta en la vida el amor como si fuera una predestinación, ese instante enseña, inspira, regala sonrisas que se deben agradecer pero surge la duda, el desprecio sin saberlo o entenderlo, en ese juego que quema amores, construye en terrenos falsos. Forman familias que no permanecen unidas y obligan a recordar con nostalgia aquella decisión.
El hermoso pasado, lo cercano que se tuvo el ser feliz y se huyo por orgullo, se escapo por miedo, se dejo lo que se amaba en un recuerdo que lo presenta indefenso, frustrado al no escuchar un solo lo siento. El amor escapa por los engaños, la venganza, envidia y obliga a decidir en contrario a lo deseado en lo que se desea hacer. Se deja lo que ama, se argumenta no querer estar un tiempo más sin importar que el corazón sangre, sea sumiso, temeroso ante el camino del futuro. Aunque se vea ridículo, la realidad es que la ausencia enseña que el amor es invaluable, el anhelo se apodera de la mente y hace se pierda la razón.
Cuando se ama, se es débil, ante el rechazo, se pierde la confianza en uno mismo brotando lágrimas amargas que aplastan el orgullo de quien ama. El señuelo del dinero cobra una imagen difusa ante la cual se puede renunciar al amor verdadero. Es parte de la avaricia con la que se nace, es miedo a ser uno mismo, perder las buenas intenciones y actuar sin piedad. Vuelve, vulnerable aquello a lo que se considera tener derecho y las circunstancias de la vida lo ha privado.
Se hace el daño, se genera el odio, se aprende a manipular desarmando a quien ama y extendiendo la mano del que compra creyendo llenar el vacío en la ofensa de quien confió y amó. Nadie olvida hasta dejar el cuerpo el alma, el fuego no se termina de apagar y se enciende ante el recuerdo. Es el cariño traicionado, las lagrimas derramadas, la condena en verse despreciado, el reto lanzado del ojo por ojo hasta que la vida se apague. Amar es un arte de paciencia, es audacia de compromiso hasta conseguir congeniar sin dejar vacios, separaciones desgastantes sino vivir queriéndose, respetándose en la delicia de la comprensión, atención mutua, preocupación, aspiración primera en hacer feliz a la pareja.
Suprimir todo recuerdo, dejar en lamentar o dejar permanentemente ese dolor por el amor abandonado. Amar es construir, no destruir a la persona, esforzarse en entenderla, corregir sus errores con suavidad en lo privado para contar con paz, estabilidad y amor inacabado. Amar se aprende, se externa en palabras y hechos sin vacios intermedios que interfieran en dudas futuras. Es anhelar lo mejor para la persona amada, hacerla fuerte en la adversidad, quedarse con ella para que no desvanezca.
Es un dique de contención con sed de amor y sin miedo a enfrentar. Amar no es tener miedo a una persona educada quien en su ignorancia antepone su suprema valía sin lógica. Aquel que engañe a quien ama, será maldecido, su sonrisa será falsa, su argumento banal, caminara por el sendero de los señalados. Negara a su pareja, justificara sus desvaríos, dañara a quien debe proteger y no será capaz en tapar ni sus propias malas acciones.- Insultara a su pareja, la excluirá, usara. Amar es causa y efecto juntos. Lo otro solo es robarle al destino que estropea la lealtad, que encanta un tiempo y despierta en un infierno sacudido por las pasiones.