AÑO NUEVO
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Sin lugar a dudas este año nuevo nosotros seremos el fiel de la balanza a base de voluntad con intereses auténticos, medibles, gratificantes, enriquecedores los cuales al final del año su consecuencia lógica será una sonrisa en los labios por haber cumplido en la mejora personal, lo que traducirá en alegría en los seres cercanos, esa es la felicidad verdadera, la confianza perdurable, estabilidad emocional y su resultado reflejado en amor verdadero.
Un inicio de año siempre sirve para valorar las dificultades con las que tropezamos y el nuevo nos hace reflexionar en el próximo paso a dar en nuestra vida. Es el instante adecuado en donde nos atrevemos a guardar los miedos, sacar la cara a los conflictos, soñar en cambios deseados, con menor conflicto. Nada es fácil, los hubiera no existen, sus inconvenientes están presentes y muchos de ellos tienen que ver con la forma de conducirnos en nuestra vida por lo que no resulta extraño visualizarlos en la mente para que aquellos obstáculos lejos de ser errores imborrables se conviertan en palancas para remar.
Un nuevo año nos hace reflexionar en quitar el sarro acumulado, recorriendo nuevos senderos, usar la experiencia acumulada, dar carpetazo final al pasado y hacer esfuerzos por lograr el futuro deseado. En el que se marcho, se perdió y se gano.- En el nuevo, se recobra lo que sirve y desecha lo que obstruye. Es una oportunidad en demostrarnos lo que somos, edificar lo que se desea y destruir las tempestades. Prepararnos, aceptarnos.
El propósito primordial tiene que ver con el compromiso que asumamos con nosotros mismos tratando en ser lo más sincero posible, cultivar la amistad, proteger la familia, enriquecer la relación con las personas que convivamos respetando siempre su dignidad, integridad, confianza en un ambiente armónico. Darnos el espacio para reflexionar sobre la relación que llevamos con otros seres cercanos descubriendo y encontrando lo que estamos dispuestos a dar, la intención en la que nos movemos, ayudar en lo posible superando la parte egoísta de la que estamos dotados para dar sin esperar o actuar con intereses no sanos.
Si, aún es joven, reflexionar que la belleza física por lo apuesto no significa encontrar la persona adecuada con la que se esté dispuesto a pasar parte de la vida y puede ser un llamado de placer el cual se apagara al hacer uso del mismo. Reflexionar en una relación estable no tienen que ver con un avance exitoso económico sacrificando el amor, sino comprensión, compartir, perfeccionar los lazos amorosos. El mayor peligro futuro se llama egoísmo el cual brota desde mucho antes en conseguir una relación la cual termina en fracaso al dejarse llevar por un capricho a cumplir o buscar placer, diversión, satisfacción momentánea.
Ser fiel a la pareja cuesta bastante esfuerzo y siempre está latente la cosquilla del engaño, buscando dar sin recibir nada a cambio por un espejismo y justificarlo por aburrimiento. Vencer la deslealtad, es vencer el egocentrismo, la vanidad, el insano placer cambiándolo por conducta digna, sincera indispensable en el equilibrio armonioso del amor haciendo que prospere. Un año viejo en el que se conoció a distintas personas y uno nuevo para decidir con cuales se queda, a quien saca en definitiva y saborear un nuevo proyecto de vida pensando en hacer el bien, dando lo mejor como persona, hacer que quienes realmente están contigo se queden a compartir sin engaños.
Un año nuevo para vivir el presente bañado en sanos intereses, nobles acciones, haciendo lo correcto, cauteloso de aquellos en los que dudas. Dar afecto a quien lo merece, respeto a todos, amable, valorando los halagos de quien vengan, cortesía ante todo, sin caer en los excesos para que no se confunda la persona a quien se los entregas y cimentar los compromisos. Un nuevo año para ser correctos, delicados, nobles de acción con sentimientos claros, inquietudes medibles. Involucrar a las personas que amamos, las que nos acompañan en las buenas y en las malas, en la intimidad y lo profano.
Un año nuevo para desatar aspiraciones, frecuentar lo que nos apetece, colmar de alegría a los seres que amamos, iluminar la mente de los hijos, dar cariño, cuidar, hacer más agradable nuestra estancia congeniando, evadiendo discusiones que a nada conduzcan, limando asperezas, reconocer las fallas, hacer lo posible para alcanzar el justo medio permitiendo se nos ayude en lo posible para entender nuestro error y sobre todo compartir sin egoísmo alegrías, triunfos, fracasos, tristezas siempre con respeto, delicadeza, cariño.
Respetar a las personas es darnos respeto a nosotros mismos, es una atención que hemos ido relegando y por egoísmo solo pensamos en nosotros mismos cargando los defectos en las personas que amamos en vez de exaltar sus virtudes, la oportunidad en hacerles saber lo valioso que son y la felicidad que nos producen.
