RETO
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Hice mi propio reto con la existencia en el cual jamás iría ni a favor ni en contra del tiempo, a partir de ello siento que no me sigue ni huyo del mismo, nos encontramos y continuamos, sin caminos marcados. Trazamos metas, casi siempre en lo que los otros quieren que creamos o donde ellos desearon transitar. Anhelan conducirte, empujarte para probar la fortaleza de la que vienes dotado en ser diferente. Aguijonean por donde pasaron y en esa razón y querer ser uno mismo se toma el camino de su propia enajenación.
Al conocer el amor en otra mujer que no es el amor de madre, estalla la explosión en adrenalina, un sentir frustración y desencanto al mismo tiempo, complace justificándola en su incansable capacidad de modificar sus ideas. Seguirla a todas partes, da eso que en la vida falta: Lo dulce y amargo, embriagador del alma y los sentidos. El amor pintando su camino de colores y deja marcas para aquellos que deseen regresar las encuentren.
El amor de una mujer no pasa desapercibido, son interesantes, atrevidas, retan, desequilibran con sus sonrisas y hacen el momento feliz. Quizás lo que buscamos algún día en nuestros sueños ya nos habíamos encontrado. Estaba en la esquina cuando por primera vez l miras, volteas a verla, en ese sueño imaginario grabado en la mente de conversaciones ocultas, en las que el corazón se intranquiliza dando tumbos que parecen un infarto. Basta caminar a su lado, ver sus ojos, escuchar el ritmo de sus sensaciones, eso que gusta.
En el amor, siempre hay alguien que desea lo ames o, empuja a que se haga mientras la razón grita ¡No lo amas! Espera algo diferente. El tiempo se va sintiendo lento cuando encuentras lo que escudriñabas; das las gracias al saber que valió la pena la espera. El que busca amor y tiene miedo toma del montón el primer cariño y lo llaman amor, al tiempo se da cuenta que no hay nada que festejar y, su relación es desgastante dado que el amor deseado no llego para vivir la eternidad juntos.
Se pierde la alegría por vivir, la felicidad no marca el rostro. El amor es la mejor nota que se queda impregnada, que desafía los problemas y nada conjuntamente en medio del bravo rio para sobrevivir. El reto es amarnos cuando menos nos merezcamos, cuando nos sientamos solos y juzgados solo así se comprende que la vida con amor es hermosa, la persona es comprendida y no desea mirar atrás, dar a quien se lo merezca mirando hacia adelante con la frente en alto y la dignidad intacta.
El reto no es caer en los mismos errores, tropezar con la misma piedra, mejor cometerlos con otra piedra. Repetir con amor, sin miedo para sentir fluir la sangre que ahoga a los sentimientos. Nadie es capaz en enseñar el camino mejor. La respuesta la muestra el error, la intuición y, es cuestión de observar lo íntimo para encontrar. En el amor se deja de escuchar a pesar de estar siendo herido o abrir las cicatrices que van apareciendo como nuevas, las que llevamos ocultas y marcaron para siempre. Siempre preguntas, si podrás ser tu mismo y adulto se da cuenta que ha sido lo que la vida y sus oportunidades aprovecho.
Al nacer se tiene todo, es lo más valioso para sus padres y conforme avanza se va enfocando en descubrir más de ese todo que puede necesitar para seguir. Aprende a mirar a otras personas y es un privilegio acompañarlas, luego se desvía al darse cuenta que no podría amarlas. Trata de intentarlo nuevamente, saca fuerza de voluntad o reflexiona un tiempo sobre el pasado en lo dejado atrás, pero no puede vivir con ambas cosas. Vivir el presente sin perder el tiempo, esa es la verdad lo otro es preocupación por lo que no pudo ser.
Estará esperando uno que aspira entrar en su vida, no se conformara con el primero que tenga sed de su amor, sino de aquel el cual su voz sepa tocar las fibras del alma. No solo sea sed, sino hambre de amor y todo lo demás. El ser criticada no significa que esté haciendo mal las cosas, sino más bien diferente a como la envidia de otra persona desea ver se haga y su tendencia es criticar por lo genuino, por no seguir a los demás. Ser integra es quererse, probarse y no necesitar se le conduzca, es saber escoger el camino, las mejores amistades, las personas con las que se comparte el tiempo. Aferrarse a mantener viva la amistad, aprender a callar, hablar cuando se requiera y sobre todo al hacerlo siempre con amor.