RIESGO PARA NIÑOS
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
La adversidad infantil en México tiene que ver con su clase social, color de su piel, raza, limite geográfico, contexto social tendiendo a ser más vulnerables los niños con rasgos indígenas mientras que los niños blancos y ojos de color están menos vinculados con estos factores. Cuando adultos tienen más probabilidades en caer en el alcoholismo, drogas, obesidad, problemas cardiacos vienen de un hogar disfuncional. ¿Qué pasa con el ingreso y la educación? Ambos están inversamente correlacionados con la adversidad infantil. Si los padres ganan menos dinero aumentan los riesgo posteriores que los si ganan lo que a estos se reduce significativamente las posibilidades de que haya tenido adversidad infantil.
Es importante explicar y resolver el problema de la escolarización de los niños en la zona serrana. Son muy pocos los que culminan una educación primaria y menos los que llegaran a una aula de secundaria. Es un entorno difícil en el cual se vive y es muy poca la valoración que se hace para animar su instrucción. Ellos desde muy pequeños ayudan a la economía familiar, su ausencia en las aulas es notoria, solo repiten lo que han hecho por generaciones “Ayudar a su padre” Si, bien es cierto desde lo urbano proponemos que se preparen para que utilicen mejor los recursos a su alcance sin renunciar a lo que son o lo que nunca desean ser.
Esos niños jamás podrán caminar al ritmo de los tiempos con la actual atención que se les presta. Si bien es cierto las cosas están cambiando en educación en zonas urbanas, no sucede lo mismo en las lejanas, abandonadas a su suerte. El gobierno en sus planes considera que con hacer conciencia en natalidad se corrige el fenómeno, que la familia de 6/8 hijos debe tener solo dos. Bueno esto debe ir acompañado de otras medidas de apoyo para que dinamicen en su entorno. Apostar por la razón para defendernos.
El aspecto social en la vida de un niño es determinante en su futura personalidad, es una habilidad que va adquiriendo por eso es importante el recibirlos con los brazos abiertos, atenderlos cuando desayunan, comen, asistir a sus eventos escolares para que el ego no le gane y su intención sea sana. Calibrándole lo que ocupa y lo que es capricho. Entre ajustes y cambios requeridos en lo que necesita y, lo que aprende con dificultad.
La recomendación es que los niños no deben comer dulces, ni azúcar refinada en ninguna de sus presentaciones. El daño que les ocasiona a largo plazo es renal, cardiovascular, altera la madurez cerebral, la memoria, el nivel de aprendizaje. No rinde igual que uno que no lo hace al bajar su coeficiente intelectual. Lo ideal es que jamás consuma azúcar o dulces. Causa obesidad, sobre peso y esto termina generando diabetes tipo 2, en su juventud con alteraciones en la vista, riñón entre otras, todo a largo plazo. Se ocupan cambios en la alimentación, menos sedentarismo. No acostumbrarlos a los dulces, refrescos de sabores porque termina en hábito. Un niño sano puede ir a una fiesta y comer una rebanada de pastel y no le causara daño. El problema se presenta cuando se convierte en un hábito que a largo plazo le traerá estas consecuencias.
La caries es un problema que va en aumento, las piezas se van afectando conforme se consume azúcar o dulces. A los diez años encontramos niños cuando menos con cuatro piezas afectadas. La caries causa dolor, mala alimentación, desencadena infecciones. Es preocupante la venta de dulces en escuelas, aguas endulzadas, refrescos, nieves. La exposición a los azucares de los niños va en aumento y a pesar de las pastas que se usan con fluoruro, así como la higiene constante la realidad es que esta presenta la caries. Prohibir de raíz el azúcar a los niños es una excelente medida o enseñarlos a consumirla de vez en cuando para que no tengamos adultos crónicos en los hospitales.
Los maestros dan pláticas de adecuada alimentación pero esto no pasa de ahí y se debe a que el comer azúcar produce placer, es gratificante. El gasto tan alto en medicamentos en los sistemas de salud hace que se retome en serio esta situación y que a todos los productos que llevan azúcar se les imponga un impuesto como se hizo en la campaña contra el tabaco. Ese dinero se trasladaría a los suplementos alimenticios para que la gente tenga que pagar menos por lo sano.
Se hace necesario una ley que obligue a etiquetar a todos estos productos y se resalte su daño en busca de educar a la población en general, enseñándolos a consumir y los riesgos a los que están exponiendo a sus hijos. La SEP como apoyo debe contar con un equipo de odontólogos los cuales visiten los jardines de niños y escuelas básicas regalando dos cepillos de dientes a cada niño y una pasta, aplicar dos veces al año flúor.