CAMINO EMOCIONAL
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Que los niños están en peligro, no es sino discurso público sobre una posición irresuelta. .- A mayor derecho para los niños, menor cumplimento de los mismos. Han creado una generación de pedagogos teóricos cuyas propuestas generaron analfabetas culturales.- Ellos sostienen que actúan en nombre de los niños, de sus intereses, su infancia. Sin embargo en sus planes no contemplan la parte sentimental.
Los sentimientos tienen más fuerza de la que podemos imaginar y determinan la mayor parte de nuestra conducta. Elegimos a la persona de la que nos enamoramos, sin analizar si encaja. Nos empecinamos en nuestras opiniones y apuestas incluso cuando estamos al tanto que no se justifica. Amonestamos el juego, el proyecto o la idea del rival, así sea estupendo. Elegimos a quien le cae bien, no obstante no sea el mejor.
Consumamos ser incapaces en salvar la vida de una persona enferma negando la cesión del órgano del ser querido que acaba de fallecer, estando al corriente en que ese órgano en pocos días no será otra cosa que polvo inútil. Sufrimos, amamos con intensidad inimaginable. La emoción influye en nuestra reacción espontánea, en su modo de especular, la historia hecha recuerdo y, en la decisión que tomamos, planificando el futuro, en nuestra comunicación con los demás y el modo en comportarnos.- Las verdad se descubre, la mentira se construye.
En sus primeros años, el niño vive en constante negociación con su madre logrando el apego sentimental y la seguridad como un paso crucial en su vida futura. En la escuela, va a intentar refutar el entorno para sobrevivir la ansiedad, el amor de otros adultos lo cual asimila bien o mal.- Si es para mal.- Queda afectado. Conforme acumula años, va a la calle de la vida con todas sus alegrías y amenazas.
Lo que está cada vez más claro es que la conducta en su etapa juvenil, está muy determinada por lo que ocurrió en las dos anteriores: en el regazo maternal y en la Primaría. En función de ese pasado en su etapa Secundaria/Bachillerato, llega a la vida adulta con curiosidad por descubrir más cosas, cuestionar rigores y colaborar en construir algo mejor o bien con ánimo de repudiar y hasta de destruir lo que encuentra en función del éxito o fracaso de las dos etapas anteriores.
Estoy convencido de que la ignorancia heredada sobre la forma emocional que recibe y errores cometidos por los padres en el manejo de las emociones en la infancia, son la semilla de los resbalones que esos niños cometerán, a su vez, con sus hijos el día de mañana. De ahí la degradación de la conducta colectiva que aumenta. El problema sólo puede abordarse acometiendo en la historia de la enseñanza de lo emocional.
No es lo mismo que la inculcación de valores, que siempre será sospechosa de caldos ideológicos. De lo que se trata es en explicar el miedo, la repugnancia, el desprecio, el amor o la alegría. Hasta hoy, no hay un solo proyecto que parta de una emoción en toma de decisiones, la actual enseña control, sumisión, acatamiento. ¿Por qué? no probamos sembrando semillas que recuperen su esplendor perdido.
La persona madura cuando se quiere a sí mismo, si no se quiere a sí mismo es imposible quiera a otra. Si el niño no ha sido amado es muy probable le cueste querer a otra persona. Cuando cerramos los ojos y pensamos en la persona que nos amo cuando niño, nos llega la imagen de nuestra madre, luego el padre ¿La madre primero? Por nuestro origen, venimos vinculados a ella desde el vientre y posteriormente a su cariño.
Ella es la base del temperamento que va a cambiar muy poco a lo largo de la vida. Este no llega genéticamente por el sistema nervioso, endocrino.- La persona trata en modificar la conducta para balancear un poco esto por sus pros y sus contras. La que no sabe expresar sus sentimientos difícilmente su compañera se enterara por más que este a su lado, mientras que quien habla mucho expande todo lo interno.- Hipócrates lo dijo: Temperamento es destino.- Tiene mucho que ver con libertad, sentimientos, esfuerzo de logro, hacer que todo se abra o se cierre. Los padres educan sentimentalmente moldeando en parte el temperamento.
En el fondo de cada uno siempre existe una búsqueda constante de algo. Encontrarnos es un reto y una promesa. La mentira se aprende siendo más fácil que responsabilizarnos de la verdad. No ser sincero consigo mismo. El mecanismo de protección es la mentira, es lo ficticio en los conflictos la autodefensa psicológica llegando a convertirse en hábito. Se aprende en la infancia, se mezcla con la realidad, es parte de la imaginación. Los padres generan influencia inconscientemente (Inducen que es buena en ciertas circunstancias.- Útil). El niño aprende a mentir para evitar castigo, conseguir lo que desea, protegerse, no sentirse inferiores, por miedo.- Inventan para evitar. El padre oculta la verdad para asumir un reproche familiar y mantener la estabilidad.- El niño lo observa y repite al ver que no falla para resolver situaciones complicadas.
La persona se muestra resentida cuando sus padres no lo atendieron en sus necesidades básicas o no se lo demostraron cuando niño y ello se refleja en resultados sociales malos.- Hablar de nuestros sentimientos es sano, no necesariamente con cuanta persona platiquemos.- De vez en cuando aunque cueste el hacerlo.- Eso permite crecer, ser el yo. La mujer es muy abierta a expresar su sentir.