RELACIÓN LABORAL
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
En la generalidad quienes asumen un puesto de mando sin merito (Empresa familiar, puesto de gobierno) son personas que la debilidad de su perfil los hace actuar sin una inteligencia emocional, pierden fácilmente la tranquilidad, ecuanimidad y terminan por ser valorados como injustos, abusivos, creadores de conflictos en busca de dominar la situación para la que no están preparados. Para este tipo de personas no existe un buen desarrollo del trabajador, su ira los vence fácilmente, se trasforman en rencorosos, sarcásticos, irónicos, faltos de tacto, soberbios sin alternativas.
En la relación laboral la lucha diaria es muy dura y muchas veces sin piedad, el trabajo es mucho, el pago es poco y las exigencias crecidamente. Hay quienes al levantarse en la mañana se encomiendan a un santo para tener un día sin mayores contratiempos laborales, y muchas veces ni eso funciona. En cualquier trabajo hay un personaje que tiene el poder de hacer que se amé u odio el ir a trabajar. – Desencadenador de pasiones.- Amor/odio. Al que llamamos.- Jefe: es un ser que por cosas del destino, está un escalón arriba en la pirámide de mando.- Capacidad, experiencia o dueño.
Este perfil o situación no se da en todos los casos. Los hay, que están arriba.- No.- por experiencia y conocimiento, al contrario, por ser detestables, gritones y mala clase como ellos solos. Obedecer es una cultura que se aprende en casa. Un padre repulsivo y otro al que recordamos como un amigo, que nos enseñó a ser mejores.
Suena increíble, pero depende del tipo de persona que ejerza ese puesto para que detestemos ir al trabajo, hacer que amemos lo que hacemos o acudamos a trabajar felices. Mi experiencia: He enfrentado muchos jefes y pocos han quedado en mi corazón como modelos de aprendizaje. Más bien han marcado mi vida con historia negativa. Tuve uno que no podía comenzar el lunes sin regañar a todo el mundo, arrancaba la semana con una reunión a las 7 a.m. y la terminaba en regaños y reclamos, jamás una felicitación ni un mensaje positivo. Abandone el trabajo por dignidad. Llegué a detestar a la persona.
Otro que gritaba a modo loco y jamás hacia nada, le echaba la culpa al personal como si él fuera un Dios. Lo veías llegar con ojos enloquecidos como si acabara en consumir yerba verde, hacia rabietas, maldecía, un maniático incontrolable. Si una persona se acercaba para explicar una situación o un error este, se transformaba.- No entendía razones y solo exigía su voluntad con la frase final lapidaría.- Si, no te gusta, la puerta está muy ancha. Ofendia con frases ¿Acaso no haces nada bien?- Que sea la última vez, la próxima te vas, te pago para hacer, no para pensar.- Disfrutaba rebajar y hacer sufrir atemorizando.
Un día llego un trabajador tarde y para justificarse el dijo que los camiones no estaban pasando que estaban en huelga pidiendo aumento al pasaje y, tuvo que presentarse en bicicleta.- Este le contesto ¿Acaso es culpa mía? ¡Quedas castigado dos días! Lo peor es que alardeaba de tener un gran corazón, a cada situación se santificaba. Su oficina la tenia decorada con una virgen de Guadalupe y le daba de besos durante todo el día.- Espero que la virgen lo proteja porque este señor, no ocupaba una virgen sino psiquiatra.
Los hay malos, buenos, regulares, tontos, abusivos y de los que se abusa. Los que ganan el respeto, la admiración, los tranquilos, humanos, profesionales. Aquellos que hacen que aunque ganes poco agradezcas estar en esa convivencia. Están los que buscan resultados, éxito, ganancias, enseñan a trabajar. Tener gente a cargo genera ego, vanidad, perdida de piso, estar dispuesto aprender a entender la problemática y la manera en resolverla. Se pierde la humildad, el delegar responsabilidades, dejar trabajar y no están al pendiente en señalar culpables.
Es sano mantener alejada la relación personal con la del trabajo, solo hacerlo bien para evitar los malos ratos, lo intimidatorio y lo abusivo. El trabajo se convierte en detestable por aguantar una persona indeseable de jefe. Y aunque la situación nos obligue a tener que aguantar, mi consejo siempre será que exija el respeto que se merece.- Dignidad. Estos personajes normalmente salen de casa a una empresa familiar o los hallas en las oficinas de gobierno. Su debilidad los hace actuar convertidos en un dolor de cabeza, son mermas en el lugar que ocupen, perjudican y afectan la salud del empleado. Se consideran la solución y son el problema.- Expertos de todo y vanidosos.
Un problema pequeño lo convierten en un mar sin solución. Su actitud no admite recomendaciones, constantemente están interfiriendo, los empleados prefieren sacarle la vuelta para evitar problemas o consecuencias de su enfado.- Impositivo, siempre a la defensiva en contra de todo. Jamás explica con claridad las obligaciones y los logros son para él, los fracasos para el empleado.-Culpas ajenas.