Próxima campaña
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
El temor, viene marcando de nuevo las diferencias obvias que el Gobierno aplica a los empresarios según su vara de medir: Conmigo o en contra. El gobierno tiene tanto control sobre la economía que tiene que ser dócil el empresario. No creo que nadie ajeno al Presidente Enrique Peña Nieto tenga ninguna posibilidad de conseguir un contrato de una obra federal. Pienso que el empresario debe servir a todo el mundo pero aquí no le queda más remedio que aparentar y dar una sonrisa aunque sepa que las cosas están mal manejadas. El sentir de los mismos en secreto estamos al corriente.
El gobierno federal, distingue entre empresarios, lo mismo sucedió con los gobiernos del PAN. El poder del presidente y el sistema federal en su conjunto, es utilizado para conseguir sus propósitos. No se avanzo en nada en esta materia con las alternancias. El Presidente que llegue en la próxima contienda no quiere la ideología social, sino el poder. El empresariado mexicano se tapa la nariz cuando trata con cualquier secretario de estado, pero le sonríen al servirle en sus propósitos. Los empresarios carecen de ideología y son una simple extensión de este engaño. Su Máxima ideológica es ¡Con mi dinero, no se metan! Cuando se reúnen entre ellos comentaban en forma de denuncia la insólita y vergonzosa situación de la que son víctimas desde hace años.
Su postura frente al pago de sus impuestos es contundente: Nos negamos en lo privado a pagar impuesto por no poder hacerlo en público a que con nuestro dinero se financie a la campaña. Nos negamos a pagar el mal llamado impuesto de campaña, al chantaje habitual de los extorsionadores del gobierno. No pueden ser premiadas este tipo de extorsiones y deberán recibir el castigo que se merecen a fin de que cambien de conducta. Frente a las elecciones del año que entra, los empresarios se muestran bastante pesimistas y escépticos, coincidiendo todos ellos en su preocupación por México y la presencia del autoritarismo. Además para la iniciativa privada, no confía en que esto mejore: Los empresarios tendremos que seguir aguantando al que triunfe, viéndonos totalmente abandonados por las instituciones, a no ser que sean gente civilizada la que nos gobierne.
A últimas fechas no se habla tanto del tema debido a que tienen tratamientos fiscales especiales. Para nadie es desconocido que hay muchos negocios legales que financian de forma ilegal la estructura de los partidos y candidatos. Algunos empresarios lo único que le interesa es estar en posición de negociar con el que triunfe para dar soporte y entrada a la recuperación en lo invertido en campaña.
Según su visión, si pierde el candidato del PRI o el del PAN, tras la elección la mayoría de los nuevos funcionarios criminalizaran nuevamente a los empresarios, además estarían en manos de congresos federales y locales para obligarlos a ceder lo ganado, en consecuencia cambiaria su que hacer económico. Al perder fuerza su grupo y fortalecerse la izquierda se recrudecería la extorsión empresarial en presencia inevitable. Ante este escenario y conocedor de los miedos en perder dinero por parte de los empresarios se va enfocar la campaña del PRI y del PAN.
Hay que prepararnos para lo que viene. La manipulación política se enfocara en el fascismo, la dictadura perfecta que se nos va imponer o nos quieren nuevamente imponer.
No olvidar que el grupo que controla la economía nacional no tiene partido para ellos es lo mismo PRI que PAN lo único que los deferencía es la táctica pero al final se juntan los caminos. Las cosas se van a recrudecer, es de esperarse ya que el objetivo es ir arrinconando al candidato de Morena, hacerlo débil, cobrarle todas las facturas pendientes y al mismo tiempo incrementar un radicalismo destructor para su imagen y figura. Son tiempos propicios para ir pensando el voto con la cabeza y dejar el corazón para tiempos mejores si quieren que las cosas cambien y no dejar la complacencia de que todo llegara por designio de Dios.
El actual sistema federal institucional se ha visto rebasado por tantos nuevos ricos olvidando las necesidades sociales de manera premeditada, lo que además nos demuestra lo incapacitados que están en realidad para gobernar los políticos actuales. El imaginario de los últimos gobiernos PAN (2), PRI (1), es tan limitado que no entiende que un País fuerte no es aquel que hace crecer la macro economía monopólica, sino es el que se preocupa de desarrollar una microeconomía justa que se refleja en el bolsillo y, por ende, en el poder adquisitivo de los ciudadanos.
El sistema ha abandonado en los últimos años todo compromiso social para centrar su energía en privilegiar a un sector muy reducido de la iniciativa privada y el asunto radica en que ese fracaso se traduce en desempleo. Fue el facilitador a los grandes capitales, desvinculados con la realidad social, que es la de los millones de trabajadores que cada día tienen más dificultades para sostener a sus familias o de los micro empresarios que duermen con la angustia de que mañana estarán obligados a cerrar, pues, entre rentas, servicios (luz, agua, teléfono), e impuestos, no pueden sostener su pequeño negocio. Las grandes empresas se han posesionado también del terreno de la política y son esas las que dictan el rumbo de nuestra antidemocracia.