Revelarnos
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
El ser que no reflexiona sobre su actuación es deudor de sí mismo, es descendente espiritual y responde a las cadenas que lo sujetan al placer mundano. Un ser sin meta, objetivo al término de su vida que no responde a su razón de ¿Para qué? haber nacido. Se caracteriza por ser complejo, adaptativo, cambiante, deudor de su entorno al no responder a la mejora continua de sí mismo con un propósito bien definido.
Podrá acumular bienes pero la meta deseada jamás será alcanzada entre el puente alma/Espíritu. Legitimar la vida implica un ¿Para que soy, estoy? en este estado de vida, en la exploración de la eficacia que justifique y concrete el valor dominante de “Ser” La vida siempre contiene una finalidad deseada, en ocasiones se renuncia a la misma por criterios concebidos (Debilidad) en un momento determinado.- Por cambio en la forma de ver la vida y, el impacto que podría desencadenar.
Con el paso de los años se aprende y desecha muchas cosas, tropieza y levanta, llora y sonríe, sufre y ama.- Sigue adelante. Vive injusticia, recibe mal trato. Todo ello va llenando un gran costal entre lo bueno y lo malo, pero digan lo que le expresen ahí está para continuar, para olvidar ese mal rato y recordar lo bueno sin perder la fe en sí mismo. Es el juego de la vida en el primer paso que se da.- Aprender amarse a si mismo.-, tener el miedo a flor de piel, ser inseguro, frágil para empezar a ser duro.
El siguiente lleva a perder la inocencia, abrirse a la pasión sin recato, querer sin ser apreciado, atreverse a ser uno mismo, dar un paso al vacio sin miedo a morir o quedar atrapado sin salida. Amar a otro pero mucho más a uno mismo. Es estar al tanto que no todo lo que se cruza en el camino es bueno, ni lo que se va es malo.- Eso, es el brillo que ilumina la luz del alma, el amor ciego en el instante en que se es feliz. Se aplica en ser cada día mejor persona, menos áspero, más amable, amoroso demostrándose de lo que está hecho, lo que tiene para dar, lograr el ¿Qué y el cómo? al hacerlo.- El amor es ese tiempo infinito se no se agota en su deseo.
Ese algo que encanta y aprisiona para no dejar correr al otro, es cuerpo, alma, espíritu, realidad, deseo, cielo y el mismísimo infierno en un mismo instante.- Crecer, sentir, vivir, dar, ser feliz. Amar es un principio y un fin que no se puede ocultar en los ojos, salta al camino para alumbrar a otros logrando la maravilla en sabernos vivos, vivir feliz en un sentimiento que no agota y, que al final de la plenitud llega el desplome.
Nadie desea ese momento que fue la gran demostración en que se fue afortunado en tropezar con el mismo en un tiempo y espacio de la vida.- Lo que se espera y lo que se va, el resto es historia de algo que surgió y se marcho con aquel que era el elegido, el amor de su vida, el amante discreto, especial que amanecía junto a usted haciéndole saber que la amaba, pero que se fue y ya no estará de vuelta en el rincón de esa cama solitaria a causa de ya no quiso amarla a pesar de haber dicho que la amaba para siempre, que era su persona consentida, el amor de su vida, su más sentido sentir sentimental, su contra parte especial. La conducta asumir ante la razón de lo que se persigue, lo que se comparte, o intenta conseguir.
En el camino podemos descomponernos y perder ¿Cuál es la estrategia para alcanzar la finalidad?¿Que pretendo, soy flexible, soy capaz en adaptarme, sufro en razón de los demás por no hacer lo que ellos desean que haga, vivo mi espacio, tiempo, reflexión? Lo difícil es descubrirnos sin miedo, es una prueba llena de sorpresas que se necesita llevar a cabo sin esconder para reafirmar la personalidad. La vida está llena de retos y nos hace sentir hasta cansarnos que estamos predispuestos a apreciar, creer en nosotros mismos y que a pesar de todas las fallas de las que venimos dotados debemos seguir para tratar en superarlas sin mentiras, sin que importe su costo en lágrimas.
Amar es entregarse a una verdad, dar lo mejor, perdonar, apoyando al prójimo, mostrándole el camino sin intentar hacerlo a nuestra semejanza sino a su esencia pura. Las personas están con nosotros porque nos aman y no por pasar el rato, debemos aprender amarlas para seguir juntos, ser mejores siempre haciendo que se sientan afortunados por encima de cualquier dificultad, circunstancia, conflicto comprendiendo que el alma está abierta para ser recibidos como se merecen. No es solo abrir la boca o los brazos sino el alma porque en ella está la verdad que predomina en el ser del que ama.