Charlar
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
A cada paso que damos nos dedicamos a etiquetar a las personas de acuerdo a lo que deseamos sean ellas. Si, la persona cuenta con nuestra consideración le prestamos atención en lo que ella desea platicarnos y damos nuestra opinión de la mejor manera, simplemente compramos a las que escuchamos y marcamos a las que dejamos hablen sin prestarle atención. Cada persona se va vendiendo para que la veamos y sea correcta en ser escuchada y en ello va su prestigio, personalidad, forma en vivir.
Te voy a platicar algo, pero no se lo digas a nadie, si lo haces, lo voy a negar.- Soy un tanto distraído, un poco “analfabeta emocional”, por ello en la mayoría de las ocasiones me toman desprevenido o con los oídos tapados. Alelado en mis quehaceres urgentes, divagaciones cerebrales, esto me lleva a que -Este en una plática y no esté escuchando.-, o caigo en la cuenta de que no he escuchado algo que alguien ha contado en un momento dado y a mí se me ha escapado, porque estaba en otro espacio con el cuerpo en ese lugar, y la mente ocupada, en cualquier otra cosa cotidiana.
Al rato, me viene a la mente aquello que ha contado y no he percibido inmediatamente, o un dato cualquiera que, era importante para él y entro en la plática analizando lo menos posible, para pedir disculpas, para hacerle hueco en mí intelecto cargado de estímulos emocionales, ¿Me lo cuentas otra vez? desde el principio como si fuera el cuento del gato “Estaba un gato, con los pies de trapo y los ojos al revés ¿Quieres que te lo cuente otra vez?.
Se ha demostrado que, si mantenemos el pensamiento con ideas negativas lesionamos neuronas del aprendizaje y de afecto contribuyendo a que baje la capacidad intelectual. Pensar en negativo baja el flujo sanguíneo del cerebro en áreas importantes como la emocional y la de toma en decisiones, es por eso que se nos recomienda que tomemos aire, un vaso con agua tibia para que disminuya la ira, la preocupación y el conflicto se pueda analizar mejor.
Interesante el que podamos controlar la emociones y sus decisiones en el espacio positivo para que la percepción y acción no sea tan tajante, destructiva o salga desde el estomago. El control para no dañar las relaciones esta dentro del control que aprendamos. Siendo niños, los adultos se ocupan porque aprendamos a pronunciar bien las palabras, pero conforme vamos creciendo nadie se preocupa en volver hacerlo, lo mismo pasa con aprender a escuchar y uno de los factores que mayormente afecta lo emocional es que estemos hablando y no seamos escuchados.- Es una necesidad emocional para ser comprendidos.
Las personas somos dadas a vaciar lo emocional, hablar de nuestra vida personal, problemas pero no aprendemos en abrir un espacio para escuchar a los demás (Protagónicos en nuestras desgracias y sordos en las ajenas) Simplemente usted observe la alegría que muestra un niño cuando nos habla y lo atendemos o si no le prestamos atención termina por gritar a todo pulmón su molestia. Las mortificaciones, ocupaciones, nos llevan por el camino del alejamiento emocional. Andamos en busca de paños de lágrimas para vaciar la molestia que vivimos y que la persona que nos preste atención lo haga con los oídos abiertos y el corazón empático puesto que a nadie le gusta se le lleve la contraria.
Nos gusta ser acariciados, consentidos para que nuestro sistema emocional se muestre tranquilo. Nacemos para ser escuchados, vivir en familia, o en una relación amorosa y nos sentimos mal, enfermos, molestos, frustrados cuando se vive en solitario. Germinamos para vivir con los demás, para los demás, ser comprensivo, amoroso, atentos, escucharlos, gozar sus alegrías para estabilizar el sistema emocional. La vida nos exige aprender a escuchar, abrirnos para comprender al prójimo, acompañarlo en sus molestias y dar consuelo para que logre entender, sobrevivir, empatar, controlar sus emociones. Acercar a las personas es la forma sana en vivir con alegría.
La persona va cambiando conforme pasan los años, no es la misma, puede dar el mismo aspecto pero distinta. Cuando platicamos con una persona no quiere decir que estemos en busca de la verdad, o que nos pueda sacar de una duda con sus argumentos. No existe la certeza en que diga la verdad. Repetir mentiras establece verdades a medias. Lo falso es una generalidad que se pule con cualidades, creencias, ideologías, ejemplos de vida sin determinismos desgastantes.
Se puede odiar y amar a la misma persona, como se puede cambiar la plática sobre la percepción que tenemos de esa persona cuando cambiamos de oyente y sabemos que este le tiene cariño especial a la persona a la que nos referimos con odio delante de la otra persona. No es que se diga lo contrario simplemente el espacio es diferente, el momento emocional es capaz en mutar por eso nos consolamos hablando de nuestros problemas con personas que estén dispuestos a escucharnos de lo contrario andamos molestos, frustrados, renegando y con odio.