Gritos de guerra
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
La historia de México se sigue escribiendo con sangre. Muchos han intentado destruir el poder y las consecuencias siguen igual, pero definitivamente es una opción el jugársela y, los riesgos que conlleva el avanzar.- Unos lo hacen, los otros por prudencia callan, y unos más se arriesgan reflexionando en que, es la única forma en crear consciencia, provocar rupturas por donde se filtren nuevas perspectivas sociales, mejor calidad de vida. Los años pasan y la molestia sigue siendo la misma, el yugo y el abuso están presente.- Roban y meten a la cárcel al que denuncia, sin embargo todo comienza en tener conciencia y dignidad para alcanzar la libertad deseada.
Eran los años 70/80, los estudiantes marchábamos por las avenidas del distrito federal (Capital) en señal de adhesión a las causas sociales. Gritábamos consignas en contra del mal gobierno de Luis Echeverría Álvarez, de López Portillo. Los granaderos hacían grandes vallas con escudos sobre las banquetas y la calle para no dejarnos pasar al zócalo (Insurgentes y Reforma) otra frente al monumento a Juárez, una más en San Juan de Letrán. Los ciudadanos se asustaban y se retiraban lo menos cerca posible. Los estudiantes nos plantábamos frente a la primera línea de granaderos y en su cara les gritábamos el desprecio que sentíamos al verlos defender a una clase privilegiada que a ellos mismos y su familia los mantenían en la miseria.
Ellos contenían la rabia, se notaba en sus rostros las ganas en darnos de garrotazos, solo esperaban la orden del Negro Durazo. Era nuestra presencia con miedo escondido, desafiando lo que nos llenaba de vergüenza y la exaltación del orgullo/Dignidad ante lo mal que estábamos viviendo. Los granaderos ni siquiera se amedrentaban, solo esperaban la orden para atacar. Para ellos, las acusaciones no existían solo recibían ordenes y podrían pararnos sin misericordia.
A la sociedad la manipulaban mediante la televisión nacional “Televisa” y nos presentaban como los rijosos inadaptados que salíamos a las calles tratando en imponer el comunismo. La inconformidad en las universidades públicas, el Politécnico y las preparatorias se fue diseminando conforme pasaban los días. Ya no solo era la marcha, sino que la molestia estaba en los pasillos de toda la educación media y superior, solo las universidades privadas no participaban dado que en su mayoría eran hijos de los políticos que nos gobernaban y a muchos de ellos los habían enviado sus padres fuera del país becados a Universidades de prestigio para que posteriormente vinieran a seguir gobernándonos. Estábamos por todas partes, era la juventud estudiosa en la capital de este país desafiando al gobierno.
Aquellos estudiantes (45/50 Años atrás) estábamos dispuestos apostarle al enfrentamiento, no nos pararían.- Era una aventura costosa pero justa en la cual estábamos dispuestos a pagar con la propia vida.- Intentábamos que la vida de los mexicanos cambiara para bien, que el gobierno entendiera la ingratitud de la vida que llevábamos los mexicanos, los obreros, campesinos, amas de casa (Deseos limpios, puros, Idealistas) nuestro impulso juvenil, la pasión por acabar de una vez y por todas con el gobierno irresponsable que se empecinaba en hacerle la vida imposible a todo mundo, mientras sus familiares se apropiaban del dinero público. Un poder de Luis Echeverría Alvaréz, José López Portillo que no respetaba normas, leyes y en todas partes repartía discursos huecos producto de perversidades insanas de tipo auto complaciente.
Los estudiantes insistíamos en un cambio y exponíamos la vida en esa lucha en forma activa reafirmando nuestro coraje y osadía por el respeto a la dignidad humana. Intentábamos hacerlo con las ideas y eso era lo mejor en ese intento de transformar de fondo la sociedad y el gobierno. Nosotros éramos los títeres y el titiritero el gobierno con sus granaderos, halcones, tanques y soldados vestidos de civil entre las filas. Ellos eran quienes definirían en las avenidas hasta donde nos dejarían avanzar para pararnos, golpearnos y transformar los hechos mediante Televisa y la prensa institucional.
Nuestro movimiento tenía que ver con las condiciones en las que estudiábamos, la miseria por sobrevivir de la sociedad.- A los ciudadanos mediante el engaño de Televisa y la prensa se les manipulo convirtiendo una acción sana en rechazo. A partir de allí, se replanteo el escenario en la actuación de la secretaría de gobernación: Metió de maestros en las universidades a militares en cubierto, a estudiantes del pentatlón para que se apoderaran en las decisiones de las mismas y estar enterados de todo lo que se gesta dentro de ellas. Controladas las universidades públicas por gobernación se dieron a la tarea en controlar las vidas de los padres de familia al enterarse de boca de los estudiantes la actividad de cada uno de ellos.
Esto es parte de la historia de la mayoría de estudiantes de mi época, aquellos que teníamos ideas, imaginación y el gobierno mexicano/gringo, nos llamaba comunistas.- Aquellos políticos abusivos se reinventaron y ahora son sus hijos los que nos gobiernan. Sus padres nos daban garrotazos, sus hijos se enriquecen. Abuso de poder, apropiación de recursos y negocios públicos.