CAOS SOCIAL
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
La situación en violencia callejera rebaso todo limite permisible, la duda es ¿Que está haciendo el estado para responder a la sociedad? Los índices de criminalidad asustan, es un problema serio sin eficacia no obstante los miles de millones invertidos. Los gatilleros aparecen en cualquier lugar a la hora que sea y de acuerdo al nuevo sistema penal.- Nadie es detenido infraganti. Otros delincuentes son remitidos al cuartel policiaco municipal e inmediatamente son puestos fuera. La investigación de delitos se convierte en archivo muerto y como bien lo sospecha el lector gracias a la intervención de un funcionario el delincuente queda libre.
Reprochable se ha vuelto la acción de la comisión en derechos humanos que siempre anda en busca de la absolución como fruto de su defensa a favor del delincuente y en perjuicio del ciudadano. Su finalidad prioritaria debería ser que el delincuente reciba un juicio justo y cuando se encuentre culpable se haga responsable del pago por su delito y no dedicarse andar rebuscando pruebas o fallas de origen legal para que el delincuente no sea acusado. El mal se ha generalizado, en definitiva la comisión en derechos humanos no está actuando con justicia y esto lo escuchamos en la voz popular bajando su credibilidad.- Se dedica a defender delincuentes.
La sociedad que nos ha tocado vivir deja mucho que desear en aquellos que creemos en que las instituciones aplican en forma correcta, justa la ley, su defensa y responsabilidad social. La ley era respetada, los ciudadanos consideraban un juicio penal como un proceso limpio, necesario con el mayor y absoluto respeto para el sospechoso, pero el juicio en la aplicación la ley cayó en manos inapropiadas. El estado mexicano invirtió millones de pesos en cárceles como prioridad social pero no cumple con su función de rehabilitación y se ha convertido en la escuela de los futuros delincuentes. Mayor numero de cárceles se nota como una aberración en una sociedad en donde se asegura estamos avanzando y, las escuelas públicas se caen a pedazos.- Construir cárceles es negarnos como sociedad culta.
Si bien es cierto es la única forma de mantener a las personas que infringen la ley.- Los delincuentes con recursos económicos solo van de visita. La historia nos ha demostrado que entre más duros seamos con los encarcelados, mejor preparados salen.- Las cárceles han demostrado que no sirven para rehabilitar. Los delincuentes comunes, han pasado de ser sujetos que dirigen las políticas públicas y el ciudadano honesto el perseguido. Los burócratas delincuentes son protegidos en los delitos que cometen argumentando que la orden vino de arriba. Esto forma parte de una triste realidad, nadie niega que cualquier persona tenga derecho a defenderse, pero todos creen que no existe investigación sino consigna.
La administración de la justicia se acciona desde la soberbia haciendo callar a la victima para no verse perseguido, destruido en su familia, lo hace repasar que no sirve de nada dar muestras de valor civil para denunciar. Los administradores de la justicia son muy astutos, perversos para desviar la atención de la sociedad culpando a la victima por favores recibidos o esperados.
El estado estableció el monopolio de las armas, los ciudadanos comunes fueron suprimidos por ley para adquirir cualquier tipo. El estado juro defenderlos y ejercer sin contemplaciones mano dura ante cualquier agresor. La cárcel para todo aquel que portara un arma siendo ciudadano común. El estado entrego las armas, poder, juez y parte a policías, tropa cuya portación no solo sirvió para que ellos se defendieran sino alcanzaran el placer deseado con portarla. Los hombres de la ley, se hicieron más hombres al poder hacer exhibicionismo público. ¿Problemática de incontables policías? Un ser desprotegido, sin trabajo que entro logrando su fantasía de poder y la satisfacción que esto conlleva. La estrategia para combatir el delito puso en evidencia a los marginados sociales convertidos en justicieros sociales.
El arma en diabólicas cabezas genero traficantes de drogas, proxenetas (Administradores de prostitutas), alquiler de sus servicios para ejecutar. Para ellos existió la tolerancia total mediante el pago de cuotas fomentándose la policía corrupta la que interviene en maniobras dolosas. El sistema institucional se fue llenando de puestos administrativos quienes dictaron su ley, y recolectaron los espacios para su servicio, sin que se distinga actualmente la diferencia entre uno y el otro. Un tipo armado al que se le facilita jugar con el ciudadano ante la facilidad para hacerlo. Ataca sin culpa, incluso gracias la ayuda de sus compañeros. El delincuente se droga para ganar confianza, ataca sin reparar en consecuencias. La comunicación entre el ciudadano común, el delincuente y el policía está roto.
