MAL NOVIAZGO
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Amar recíprocamente es aprender dentro de casa lo que es un comienzo venturoso en una relación de amor, ser lo que uno es, valorar lo íntimo, lo trágico como la vida misma que se desea alcanzar. La gente asegura que los tiempos han cambiado y que la relación intima dejo en ser peligrosa cuando se tiene la habilidad para no quedar embarazada, se puede prevenir, disfrutar, llevar una relación funcional (Planear el futuro) o disfuncional (Deseo). Las cosas han cambiado y la generación anterior dejo el barco encallado sin que la nueva comprenda su razón de aquel pacto amoroso que se firmaba ante un altar, en vestido blanco.
La sociedad en la que crecemos nos va condicionando hasta controlar las acciones que ejercemos de manera que se intensifica cuando se llega a cierta edad que nos hace débiles ante la necesidad de sexo. Es en esa edad que todo cambia y no alcanzamos a comprender lo importante que se vuelve para nuestra vida futura, el saber de que estamos hechos al elegir lo que nos rodea.
Se entra a un juego desconocido, sin capacitarnos y es la práctica la encargada en que se reciba el revés amoroso. Se quiere vivir la aventura de acuerdo a lo aprendido y se contraen compromisos sin un acuerdo o conocimiento verdadero de la persona con la que se comparten experiencias amorosas. En la relación, si sale embarazada se queda atado de por vida o depender de los padres para mantener la nueva persona. Se pierde la armonía, alegría, el sentido planeado de vida. Produce tristeza, desmotivación, sensación de abandono, sentimientos encontrados entre ellos. Terminan por acusarse mutuamente valorando el suceso como error.
El primer día que la ofendí, le pedí disculpas de solo pensarlo me da coraje en lo iluso que fui creyendo eso merecía para que se responsabilizara al igual cuando las cosas se salieran de control, pero no, el tono de su dominio se fue acrecentando y así el asunto se complico más de lo debido.
Mal noviazgo.- No, estaba loco de amor, simplemente la deseaba y eso lo hubiera hecho cualquier otro por conseguir lo que ansiaba. Preguntas sobran ¿Por qué se caso? Lo hacía reír, su cuerpo, sonrisa. Se convirtió en cómplice: En la conquista alababa lo que hacía. Ella tenía la capacidad en encender la furia hormonal al punto que en la mayoría de las ocasiones regresaba a casa como un barril de pólvora a punto de estallar por la lumbre puesta en las caricias.
Se fue haciendo a la idea de casarme para que la situación amorosa cambiara. Han pasado los años y hoy, asegura no la soporta. No la mira igual, siempre anda criticando, nada le gusta, es un drama andante. Al llegar a su casa encuentra pelea, surge el odio, siempre vive malos ratos. La atiende, la lleva a comer, pero que nada agradece y, todo termina en capricho, coraje o frustración. Al final es justo juzgar si ambos son víctimas de un matrimonio mal planeado tanto por ella queriendo agarrar marido o los apetitos.
Nostálgico se vuelve el evocar el pasado tratando en resucitar comportamientos acumulados en situaciones sociales. La sociedad ha cambiado, las decisiones personales ya no pasan por las manos de los padres. Cuando el barco se hunde la embarazada queda en casa y el compañero en la suya. Aquellas tempestades en que la joven salía embarazada se convertía en una discusión horrorosa y, en ocasiones desembocaba en expulsión de la casa, hoy se toman con calma, hasta con una sonrisa cómplice. El pecado por no ser marido y mujer se dimensiono en otro plano.
Lo reflexionado en lo anterior nos conduce a un hecho en la nueva generación que trata en llenar un vacío existencial y a la amistad la denomina amigos con derechos por lo que el pacto de matrimonio no existe, el compromiso y lealtad son letra muerta. Todo va en razón de la conjugación de costumbres globales. El varón no espera una larga travesía de noviazgo, simplemente aguarda y aprovecha una respuesta positiva para saborear las mieles.
Cada uno, es un estado vivencial, una situación familiar acumulada, un modelo de otro a seguir. Lo presente se critica pero existe, es lo que ocurre, se cocina en la nueva generación en materia de relación sexual. Para la generación de padres a la antigüita en una posición difícil por aquellos controles sociales en los que la mujer tenía que salir acompañada con un chaperón, ser formal en solicitar permiso de visita, dar observación en la sala de su casa cuidada por una mirada familiar, y el novio marcharse temprano.