CHAPOPOTE EN CALLES
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Aumenta el cáncer en ciudades gracias al chapopote que se tira por las calles. Un estudio realizado por la organización Ditiching Dirty Diesel de Estados Unidos encontró que el chapopote que se tira en las calles es responsable del 70% del riesgo de cáncer, muerte prematura, hospitalizaciones y disminución en los años de vida y que los camiones, trenes y aviones que transportan carga contribuyen en casi 70% al total de las emisiones de partículas tóxicas a la atmosfera y, advierte que entre los efectos que provoca el dióxido de azufre del chapopote se encuentra la irritación en la vista, aumento de las infecciones del aparato respiratorio, mientras que el óxido nítrico (NO) y el dióxido de nitrógeno (NO2) provocan irritación de ojos, nariz y bronquios; incluso en grandes cantidades puede causar edema y muerte.
El estudio, reporta que uno de los grandes contaminantes de la atmosfera es el diesel, así como las gasolinas adulteras con petróleo que venden en las gasolineras. El aumento de industrias ha traído como consecuencia que mayor volumen de químicos llegue al mar y con ellos el mercurio, mismo que regresa a la mesa de nuestros hogares al comer pescado contaminado.
Las dos principales plantas industriales que contaminan con mercurio son las de cloro y las plantas generadoras de energía a carbón. Las plantas que producen el cloro, usan cantidades masivas de mercurio para extraer el cloro de la sal. El problema es que estas plantas “pierden” decenas de toneladas de mercurio. La contaminación con mercurio también ocurre cuando los interruptores de luz a base de mercurio de los automóviles son convertidos en chatarra y fundidos para reciclar o quedan en los basureros municipales. Al fundirse o calentarse por los rayos del sol, el mercurio que contienen los interruptores se vaporiza hacia el aire. Los niños menores de seis años y las mujeres embarazadas o que piensan quedar embarazadas, son más vulnerables a los efectos dañinos del mercurio que consumen. Las mujeres deben empezar a reducir la cantidad de pescado con mercurio un año antes de quedar embarazadas.
El vertedero final para una gran parte de nuestros desechos es el océano. A él van a parar gran parte de los vertidos urbanos e industriales. No sólo recibe las aguas residuales, sino que, en muchas ocasiones, se usa para arrojar las basuras o, incluso, los residuos radiactivos. El 80% de las substancias que contaminan el mar tienen su origen en tierra. De las fuentes terrestres la contaminación difusa es la más importante. Incluye pequeños focos como tanques sépticos, coches, camiones, etc. y otros mayores como granjas, tierras de cultivo, bosques, etc. Los accidentes marítimos son responsables de alrededor de un 5% de los hidrocarburos vertidos en el mar.
El mar recibe millones de toneladas fecales, hidrocarburos, desechos industriales e, incluso, materiales radiactivos. Lo barato es arrojar a los arroyos, canales, mar, los residuos de los que queremos deshacernos. Los excesos cometidos están convirtiendo en la gran cloaca el mar, quien es el principal generador de oxigeno en la tierra. Las playas son foco de contaminación, todo va al mar sin tratamiento previo. Cada vez es mayor el número de peces con tumores y otras enfermedades graves, lo mismo sucede con los moluscos, ostiones, cayos que contienen altas dosis de productos tóxicos. Los excesos de materia fecal, deshechos de hospitales, plásticos son responsables de la muerte de delfines, focas, ballenas, tortugas, aves marinas. Las especies para sobre vivir están mutando y sus bacterias se vuelven resistentes.
Aproximadamente un tercio de la contaminación que llega a los mares empieza siendo contaminación atmosférica pero después acaba cayendo a los océanos. En los fondos oceánicos hay, en este momento, decenas de miles de barriles con substancias como plutonio, cesio o mercurio, resultado de décadas de uso del océano como vertedero para grandes cantidades de desechos.
La minería está acabando con el medio ambiente, contaminando ríos, arroyos, muerte de peces por sus desechos. Entrar a las entrañas de la tierra siempre húmeda como si fueras al mismo infierno la cual puede caerte encima en el momento menos pensado y quedaras atrapado para siempre. Es difícil valorar el trabajo de los mineros sobre todo con justicia porque no es solo que se coloque el casco y se atreva a meterse en ese agujero del cual quizás ya no vuelva a salir, siempre con la incertidumbre de no saber si saldrás vivo. Y a esa incertidumbre van aparejadas las enfermedades como la silicosis que llena de cavernas el pulmón y acaba destruyéndolo. Quien crea que los mineros viven bien, que se atreva a hacerlo.