Amar
MDH Ramón Larrañaga Torrontegui
Amar es ser abierto, sincero, leal compartiendo el placer sentimental que esto genera desde lo profundo del alma, haciendo lo que se desea, sabiendo que los sentimientos de la otra persona son tuyos y que es este instante el que se vive sin importar no sea para siempre (Sin caprichos o chantajes aprendidos). Desde mi personal punto de vista el amor no está sujeto a reglas sociales, legales, esas solo formalizan con el propósito de que cuando estén a punto de fallar se permita dar un tiempo para reflexionar antes de marcharse uno de los dos.Vivir en pareja es juntar historias de vida, familias, convivencias sociales, convicciones religiosas, cultural, entornos, valores aprendidos (adquiridos). Empieza con una mirada y se va convirtiendo indestructiblemente en la pasión generadora de paz espiritual. La atracción genera el acercamiento para mirar a profundidad las virtudes y defectos de la persona seleccionada como posible pareja. Es un enfrentamiento entre lo buscado y lo que puede ofrecer, cada cual con sus explicaciones, motivos, soportes ( bueno o malo “Aguantar, tolerar, aceptar, detestar”) y hasta donde se es capaz en negociar, perdonar, rectificar, dar por muerta la relación. Iniciar una relación es un aceptar ceder para conocer.
Todas las parejas pasan por tragos amargos, orgullo, ego. Contar con una pareja no es el fin de la felicidad eterna. Es el principio para motivar la voluntad en hacerlo. Es un aprendizaje continuo plagado en tolerancia, miedo. Los problemas estarán presentes, asomara la envidia que produce el ver a una pareja feliz.- L(o, a)s amigos (a) atacan, meten miedo, cizaña, crean inestabilidad emocional, son la raíz de todo problema.
Amar a una persona se debe asumir con seriedad, responsabilidad, esto implica lealtad. Es una decisión que se asume ya sea legal (Matrimonio) o formal (Entre dos). Unirse es un acto de voluntad que les permite amarse para ser feliz ambos. Es ver en la otra persona alcanzar un sueño, una meta, un ser uno solo dejando la lucha del poder o el estarse echando culpas mutuas.
Amarse, es convivir, conversar, compartir, querer estar juntos, ayudarse (casarse o juntarse) Todo aquel que se casa termina por arruinar una relación de amor es falso. Casados o no, la relación se echa a perder a veces por los amigos, conocidos, familia, circunstancias, poder mandar, hacer lo que otro no admite o detesta. Al final del día, el quedarse dentro depende de uno de los dos sobre todo en el ¿Cómo? aprendieron a manejar los conflictos, diferencias y aterrizarlos en armonía.
Vivir en pareja es un espacio de encuentro en un terreno diferente para ambos donde los problemas aparecen.- Es sacar las experiencias vividas (Divorcio de padres, pleitos, engaños) Es aplicar esa experiencia para que las cosas vayan bien, evitando caer en los juegos desgastantes que se aprendieron en la lucha vivida en el hogar.
Cuando ambos están enamorados las cosas malas se convierten en buenas, pero eso depende de la armonía, la comunicación, en dejar de esconder asuntos y enfrentarlos (Enferma la relación, crea desconfianza) y es una situación que la persona a la que se ama, no se merece se le haga. Amar a otra persona, no es cuestión en firmar un papel ante un juez, eso es para encontrar certeza jurídica. El casarse no es culpa de nadie ni es sentirse atado cuando se ama a la persona sino el saber que ella al igual que uno, está haciendo la promesa por escrito que respetara ante la sociedad sin perder su dignidad.- Es un asunto de costumbre, existencia social y no un compromiso de comida, de dinero sino de amor. El amor muere cuando se mezcla el dinero, enferma, sataniza, enloquece a quien se le obliga y exige estar poniéndolo sobre la mesa para darle placer (Amor condicionado a un interés).
El casarse ante un juez implica un compromiso legal el cual si no se cumple termina en señalamientos, desgaste arrastrando la dignidad de ambos, es la peor situación por su incomodidad al tener que asistir a dar una versión sobre la causa del divorcio ante una persona ajena a la situación que lo produce.- El divorcio es un huracán que arrasa lo todo lo bueno que haya vivido, sin embargo se hace necesario para seguir viviendo o buscando el ser feliz. Encontrar la pareja adecuada es lo difícil, no siempre se comparten los sentimientos o la forma en ver la vida, mucho menos las insatisfacciones, miedos que se arrastran.
Decidirse a vivir en pareja es despolvar lo temores, recuerdos, sacudir los sentimientos anteriores para ser feliz. Conciliar, no es discutir sino tomar acuerdos al respeto. Callar no es sano, el silencio guarda rencores y va pesando conforme no se enfrente. Las redes sociales se han convertido en un motivo de ruptura, de malos entendidos creando un ambiente en falta de lealtad y no necesariamente es que se llegue a la infidelidad física sino un rencor guardado de consecuencias inimaginables. La persona debe tomar en cuenta la molestia que ocasiona esa frecuente comunicación por Watts, face y lo que se sube al muro sobre todo si quien está al acecho es una persona que en un pasado fue novio o pareja o un pretendiente potencial el cual anda de un momento sexual sin compromiso. Quien no tome en consideración esta observación está parado en el borde de un rompimiento.
La relación de pareja se vuelve dispareja cuando existe una manifestación indeseable por uno de los dos y no necesariamente tiene que ser mediante un contacto físico sino una lealtad a toda prueba. Muchos son dados a expresar sentimientos, emociones a través de las redes.- Eso, es disfuncional, crea distanciamiento, rencor, un abismo con la pareja que terminara por separarlos.