AMOR AL ODIO, UN PASO
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Amor significa una serie de emociones relacionadas con el afecto, atracción sexual, sentimientos, placer. Todo involucrado por lo que es difícil definir. Es un concepto abstracto que involucra todo el sistema psicológico al referimos para expresar un sentimiento hacia otra persona, sin embargo abarca pasión, deseo, intimidad, romanticismo, facilitador de relaciones, actuación, actitud, importancia. Los románticos lo expresan con un Cupido con arco y flecha que hiere para despertar el sentimiento. La flecha sangra a la amada y al morir viven para la eternidad.
Los hombres que solo juegan convertidos en románticos hacen promesas que jamás cumplen. Las ilusionan con el matrimonio pero no respetan el trato hecho. A pesar de las apariencias lo mismo sucede con la mujer que se dejan arrastrar en cierto momento. Lo que en un principio es interesante va encontrando lo contrario. El decir ¡Te amo!, no es verdad absoluta, es una parte del error consciente, divertido para mirar a los ojos de la otra persona su reacción y alcanzar una relación. La persona pude ser divertida, aburrida a veces parecer brillante, fuerte, hasta topar con su realidad.
Todo convencimiento inicia con el no tengo novia (o), no significa que nadie lo quiera, que sufra, tenga miedo, más bien a que no ha sabido adornar una relación estable y, anda de una en otra sin ceder al amor. Ambos se dejan engañar en ese experimento al que llaman desilusión con la persona que lleva una relación de noviazgo. A la nueva le explican los errores esperando su afirmación en estar en lo correcto.- Que ya no es la misma, quisiera volver atrás. Encontrar el amor es un mundo de confusión en donde cada uno engaña. Nadie tiene derecho a jugar con los sentimientos de otra persona estando seguro en que terminara odiado.
Realmente son pocas las personas que cumplen lo que juran cuando se casan y para ello llevan testigos los que firman el acuerdo en su legítima esposa (o), para bien o para mal, en las buenas y en las malas. Juran amar y proteger, ser fiel hasta que la muerte los separe, en la salud, pobreza, riqueza, enfermedad, alegría, tristeza y lo que se acumule. Lo primero que se pierde es el respeto, la alegría en compartir, el honrar su relación. El amor al paso del tiempo disminuye empobreciendo ambas vidas.
La capacidad para sortear los inconvenientes hace que el camino se corte y la promesa de hasta la eternidad quede en eso. Inicia el cuestionamiento del porque la felicidad no es eterna. Amamos por cierto tiempo mientras la persona haga algo por nosotros o se pierde ante la falta de logros personales, el reflexionar que se hizo mala elección, que el destino nos jugó una mala pasada para que no fuéramos felices. Se patenta que el amor no juzga, es un regalo, un destino esperado sin egoísmo y que para lograrlo se debe ser paciente cuando el mal se presente, la verdad dará luz para que regocijo retorne. Se argumenta que el amor lo soporta todo sin importar las circunstancias por las que atraviese siempre con fe, esperanza y sobre todo paciencia.
Nadie es tan ciego que se case sin amar a la persona, en ver sus cualidades, incluso se siente afortunado. A los ojos del enamorado es lo más maravilloso que pudo pasar, la alegría en sentir sus brazos sobre el cuello, ser elegido para esa persona que ya nadie podrá poner las manos sobre ella. Hecha a la medida, dar todo por ella, la que mantiene la felicidad y sin ella no se es nada. Ese amor profundo ¿Por qué escapa?
Un mal rato, coraje, grito destemplado exige que abandone la casa y el otro no posea que contestar, le grita que ya no soporta la vida a su lado, incluso no quiere la vuelva a molestar o, le hable. Aquel abrazo de ternura, el beso o el te amo topa con una desilusión, un mal que promete lucha y, no terminara bien. La promesa olvidada, el estar siempre juntos, se interpone en su fortaleza y es más fuerte que el amor que se juraron.
Nadie descansa a partir de ese momento, la mirada de cariño destella odio, se está allí pero no, hay que irse porque dejaron de amarlo, en ser el amor de su vida, el tu y nadie más. Si hay hijos de por medio viene la triste despedida con la frase consoladora de que no importa en donde se este, ni la distancia o el tiempo, los seguirá amando, se vivirá a través de ellos. En cada causal existe una postura siendo la mayormente expresada la incompatibilidad, falta en entendimiento, convivencia disgregada o factores externos. Muchas culturas aún no admiten el divorcio religioso. La separación desencadena miedo, angustia.