REFERENCIA DEL TOXICÓMANO
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Se ha observado que los drogadictos y alcohólicos han sido hiperactivos en su niñez y que los adoptados presentan mayor hiperactividad propiciadora hacia el uso de drogas y bebidas alcohólicas. Sentirse ansioso se asocia al uso de drogas y una característica es que los ansiosos e impulsivos normalmente caen en alcoholismo. La inestabilidad emocional no es un efecto directo del mismo: los hijos varones de drogadictos y alcohólicos exhiben características indicadoras de emocionalidad elevada, además de que suelen ser menos emocionalmente controlados que los hijos de padres que no lo son.
Los hijos de drogadictos y alcohólicos son más neuróticos (Hipocondriacos, histéricos y depresivos) Los jóvenes propensos al alcoholismo son parlanchines, juguetones, bromistas y se sienten realizados con el alcohol para desinhibirse.- Agarrar confianza. Con dos copas de alcohol llegan incluso al sadismo, robo, agresión física, inconformismo.
Los adolescentes con problemas de bebida suelen aferrarse al vicio mucho más a medida que permanecen lejos de la escuela, de la iglesia y evidencian escaso autocontrol, un contacto emocional superficial, dificultades para relacionarse y serios problemas de conducta. Si bien es cierto los individuos sociales de fin de semana y alcohólicos parecen a primera vista ser extrovertidos y gregarios, su estilo conductual en realidad no revela alta sociabilidad sino más bien dificultades muy serias para ejercer control e inhibirse.
Los alcohólicos suelen caracterizarse por ser impulsivos, resentir la autoridad, mostrar baja tolerancia a la frustración y un control escaso de la ira, dificultades académicas, pobre ejecución escolar, baja productividad, menos años de escolaridad y mayor ausentismo escolar. La hiperactividad, los desordenes neurológicos y nerviosismo, además de déficit en la coordinación física y en la integración neurológica temprana los acercan al alcoholismo y drogas; así como fuerte tendencia al abandono temprano del hogar e indiferencia hacia la madre y los hermanos; el conflicto en el hogar aparece también como factor destacado.
El conflicto familiar puede obligar al joven a desplazarse hacia el grupo de compañeros o moverlo hacia la expresión de conducta antisocial. La falta de interacción intrafamiliar o de contacto del niño con sus progenitores es otro factor que suele señalarse. La nula supervisión de los padres, escaso afecto, etc. El alcoholismo del padre o de la madre, así como su conducta sexual y comportamiento social inadecuado supone un buen punto de partida en la generación del hábito de las drogas y la bebida en los hijos.
La genética revela que numerosos procesos conductuales tienen una base hereditaria muy fuerte. Hay un número de rasgos temperamentales de base genética cuyas desviaciones suelen asociarse con una cierta vulnerabilidad en el consumo de alcohol y drogas. Entre ellos el nivel de actividad, la emocionalidad y la sociabilidad parecen haber recibido una confirmación empírica sustancial. Los consumidores de drogas han encontrado nuevas formas de potencializar los efectos que buscan en sus loqueras y combinan barbitúricos con alcohol ¿Qué son los barbitúricos? Son drogas sintéticas generalmente empleadas para tratar el insomnio, la presión arterial alta y la epilepsia y actúan sobre el sistema nervioso y sus efectos típicos incluyen somnolencia, coordinación muscular reducida y depresión refleja.
Cuando son combinados con el alcohol resultan especialmente peligrosos y pueden conducir a accidentes fatales. En grandes dosis pueden crear serios problemas respiratorios y circulatorios que pueden terminar en inconsciencia. Mientras está inconsciente, el usuario de barbitúricos puede vomitar, absorber el vómito y crearse problemas pulmonares muy severos. En dosis excesivas los barbitúricos pueden ocasionar la muerte y frecuentemente son empleados en suicidios exitosos. Cuando la persona se vuelve dependiente y quiere dejar los barbitúricos suele ser fatal.
La cocaína, obtenida de las hojas de la planta de coca, ha sido legalmente clasificada como narcótico, pero en realidad es un poderoso estimulante que inhibe la fatiga. Se le ha empleado como anestésico local. La cocaína generalmente se absorbe por las membranas nasales, pero puede ser también inyectada por vía intravenosa. Sus afectos incluyen euforia, excitación, intranquilidad. Usada en grandes dosis puede producir alucinaciones y delirios de persecución, seguidos generalmente por un sentimiento de ansiedad y miedo. Entre sus efectos físicos se señalan insomnio e incrementos en el ritmo cardíaco y la presión arterial, además de pérdida del apetito. Las dosis altas pueden provocar convulsiones, agitación y alzas en la temperatura corporal. La sobredosis provoca la muerte por depresión respiratoria y cardiaca.
Los opiáceos (morfina y heroína) inducen sueño, producen insensibilidad y alivian el dolor. También se les ha usado para suprimir la tos y la diarrea. La heroína, se usa como medio de escapar a situaciones vitales poco placenteras, puede ser absorbida por las vías nasales o inyectada bajo la piel, pero el adicto que desea resultados más rápidos la prefiere por vía intravenosa. Entre sus efectos se cuentan la euforia, somnolencia, y depresión respiratoria. Las sobredosis pueden causar convulsiones y coma.