PRUEBAS
MDH Ramón Larrañaga Torróntegui
Caminamos con fantasmas y fantasías del pasado, sueños de amor irrealizados o, imposibles. A veces se quedan pegados anhelando una oportunidad que jamás se presentara. Hay amores que llegan para quedarse, se mantienen unidos, amorosos, vivos y al pendiente el uno del otro. Son amores que quisieran regresar el tiempo para disfrutar nuevamente su juventud juntos, cruzar miradas picaras, rozar sus cuerpos mientras respiran agitados por la excitación.
Todos desean encontrar al amor de su vida y que la pareja no llegue cansado, herido, engañado, pero desgraciadamente es parte del recorrido en ese aprender y el ir fracasando. Algunos se presentan con heridas muy profundas que jamás sanan y el recuerdo no les permite redimir. Otros se presentan con puntos y comas como si fuera lo justo buscado en el tiempo preciso, el sentimiento esperado de pensamiento adecuado. Al tiempo se convierten en pesar, causa de insomnios, esperanza perdida o razón para dejar en sonreír.
La juventud hace que quieras correr a sus brazos sin importar perderte, solo escuchar el latido de su corazón recargada en su pecho, escuchar su sonrisa, olor, palabras hermosas al oído. Al inicio de la relación se preocupa por entender los deseos y complacerlos al instante. Da gracias al destino por conocerla por permitirle estar a su lado, disfrutar juntos.
Al chispazo de una relación todo es deseo, pasión, luego se funden sus cuerpos, se aman, comparten y hacen proyectos de vida a futuro. Es un sueño como el roció en un amanecer, una primavera en la que brotan flores por la boca. Se inicia con la búsqueda en conexión sentimental, intercambio de opiniones, presencia, regalos. Se carga la relación de anhelos, vitalidad, esencia de encanto en encuentro deseado. Primero se liga, luego se fusiona, para transformarse en uno solo. Unidos caminando, abrazados, dedos pisados entrelazados en un proyecto de vida que ambos comparten. En sus susurro se deja escuchar te amo, necesito, quiero compartir mi vida, unirnos, en la pasión.
Desear andar el camino juntos es un anhelo que surge adherido a un sueño del cual nadie desea ser despertado. Son esos sentimientos profundos que fusionan al tiempo que confunden idealizando a la pareja. De la relación brota la confianza, la excitación emocional y se pierde de vista la estructura sentimental con la que se llega a la relación. El amor florece con la confianza y esperanza para hacer vibrar la voluntad uniéndola en la maravillosa sinfonía de quererse y no desear separarse. Es la antesala del paraíso que subordina al deseo a una realidad propia a la que angustia la separación por cualquier motivo.
Cuando un amor se va siempre presente estará otro tocando la puerta de los sentimientos. El que se marcho puede dejar decepcionado y desatar el malestar en estar valorando el no creer en nadie jamás. Es la vida y sus motivos. En cuestión de amor no son tan malos como pensamos, las cosas y los sentimientos siempre vienen empujando uno detrás de otro. Nos da la nueva oportunidad en sonreír, sentir, saber que somos queridos, apreciados, valorados opacando la experiencia anterior. El amor ayuda a sentirnos bien, nos muestra el camino recorrido y lleva a la plenitud sin prisas, desconfianzas o, corajes por una decepción.
Amar es integrar el cuerpo, alma, espíritu en uno solo con voluntad y disfrutarlo viendo el paso del tiempo renovado, es ver a quien amas a pesar de los años que han pasado juntos. Se crece con el esfuerzo alcanzando el equilibrio aunque siempre este presenta lo provisional, inesperado o inestable. Se enriquece el espíritu cuando se es respetuoso, sano, capaz en resolver para evolucionar con sentido de urgencia por más complejo que sea el desafío. Ser sano es reclamar el estar presente con buena intención sin ser testigo apático. Cuando la persona traiciona la relación se da la sensación de abatimiento, desesperanza, desencanto. El verse vencido y solo lleno de rabia, auto destrucción. La persona se siente herida, caída de ánimo sin fuerzas para caminar al ver como sus ilusiones se evaporan en un instante. La traición da como premio la perdida de esperanza en quien la padece.
Las pruebas que la vida nos pone son una realidad a través de la cual cada quien la enfrenta con las armas con las que se ha dotado. Son pruebas de amor en pareja, de convivencia basadas en la diferencia entre ambos, su visión de vida, dialogo, confianza, sinceridad. Es decir, las múltiples situaciones de la vida a través de las cuales se podrá a prueba el amor de la pareja les harán ver si su compatibilidad es posible y de esa manera iniciar una convivencia estable y elaborar un proyecto de futuro basado en la diferencia, la unión, el dialogo, la confianza y la sinceridad. El proyecto puede quedar trunco en el engaño.