Los espejos pueden ser una de las mejores formas de darle un toque diferente a nuestro hogar y, además, si sabemos cómo situarlos y cuáles escoger, conseguiremos ampliar las estancias de nuestra casa.
Es raro encontrar una casa sin espejos. Y no es sólo una cuestión de necesidad (por eso de verse antes de salir a la calle), también de estética. Colocar espejos en el hogar ayuda a ganar luz y a dar profundidad a las diferentes estancias, así que ¿a qué esperas?
Si el espejo es grande y tiene porte, no dudes en ponerlo en un lugar privilegiado del salón como pieza principal para que cobre protagonismo entre el resto del mobiliario. Lucen mucho más si tienen marcos grandes, ya que dan un toque señorial.
Normalmente, los recibidores se caracterizan por ser estrechos y oscuros, por lo que colocar un espejo te ayudará a propagar la luz natural que procede del resto de estancias de la casa, además de a agrandar ópticamente el pasillo. Aunque no hay reglas para utilizar aquí un espejo, el consejo de Sandra Marcos es que apuestes por uno mediano o grande porque pequeño quedaría pobre.
Las combinaciones clásicas siguen funcionando, así que si tienes una chimenea no dudes ni un segundo en colocar un espejo grande de formas tradicionales en la pared frontal. Además de aportar glamour al diseño de tu sala de estar o salón comedor, el espejo puede llegar a convertirse en esa obra de arte que destaque en la decoración. No fallarás si eliges un modelo de marco ancho y algún color elegante como este verde hoja.
Sin embargo, ya estamos cansados del típico y soso espejo incrustado en la pared o del clásico de marco a juego con el color de los azulejos. Rompe con todo y hazte con un espejo de diseño y, si el espacio te lo permite, cuanto más grande mejor. ¿Acaso hay un espejo en el que te vayas a mirar más veces y decir eso de “espejito, espejito…”?